martes, 25 de febrero de 2014

Contradicciones


Un amable lector nos ponía  de manifiesto la contradicción que suponía dedicar un apunte a los ALE ("Asesores de la Liquidación de Eta", vamos a promocionar nuestra propia nomenclatura relativa a los mas comúnmente conocidos como "verificadores" propuesta aquí) para reclamar una menor atención informativa sobre los sainetes protagonizados por esa troupe multinacional con inestimables colaboraciones como la del lehendakari Urkullu que interpretó en la puerta de un hotel madrileño un delicioso remedo de Luisa Fernanda, ya saben:

Marchábase el soldado
cuando al mozo le salió a despedir
la moza que le amaba
y que quería con él partir

Anda con Dios soldadito
que a las banderas te vas
yo te prometo y te anuncio
que vas ser general
lo kistch del remake aconseja enlazar una interpretación “ad hoc” realizada por “La Compañía” a comienzos de los setenta:

Como no hay mal que por bien no venga, fue nuestro menguado número de lectores el argumento decisivo con que vencimos la crítica recibida. Y es que este modesto blog ni osa ni loba considerase medio (de comunicación) y tememos que ni siquiera sea cuarto (al menos no lo es libre de cargas). 

Finiquitado el citado debate reparábamos en el también contradictorio mensaje emitido por la comisaria Reding sobre el asunto de Cataluña. Así resumía sus declaraciones “El Confidencial”:


Pero mujer de Dios, si la línea roja (expresión que ya hemos comentado en una entrada de diciembre) es precisamente lo de permanecer unidos, cómo se va a hablar sin líneas rojas de las pretensiones de cruzar la línea roja. Ni con la ayuda de un redivivo especialista en paradojas como Bertrand Russell se aclara uno en el fango dialéctico que nos plantea la Comisaria.

Así las cosas topamos hoy en el noticiario de Cuatro con un asunto destinado a dar bastante guerra en los próximos años. Nos referimos a las madres de alquiler cuyo uso en el extranjero, sabido es que en España es ilegal, está ocasionando cada vez mas incidentes relacionados con la filiación. Resulta que los cónsules del Reino de España se empeñan en que, en el actual estado de la ciencia, los niños suelen tener una madre. Y tenemos una legislación tan anticuada que tiene la pretensión de intentar garantizar que los nacidos tengan derecho a saber quién es su presunto padre y su efectiva madre (no entraremos hoy en las disociaciones óvulo-útero). Y ello si perjuicio de posteriores renuncias.

¿Y cual es la contradicción? Pues que da la impresión, ya podría echarnos una mano el CIS, de que son  precisamente los sectores sociales mas beligerantes con los derechos de la mujer los que muestran una mayor disposición a aceptar semejante cosificación del cuerpo femenino: vd. para y desaparezca. ¡Y muchos de estos abominan de la prostitución!

Esta paradoja nos trae a la mente otra que sí está contrastada en numerosos estudios sociológicos cual es la elevada vinculación ideológica entre el apoyo al aborto y el rechazo a la pena de muerte. Parece que entre las posiciones inversas, con haberla, la correlación es netamente inferior.¿Quién nos entiende?

Y luego pretendemos no tener gobernantes como los que tenemos.

Así lo veía en los años cincuenta el gran Mingote  (nacido en Sitges, por cierto; en 1919 para mas señas, cuando los aragoneses consideraban la opción de ir a buscarse las lentejas a Cataluña antes de recurrir a irse al extranjero)


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