sábado, 22 de febrero de 2014

¿Y donde comieron?


Un fenómeno inexplicable para nuestras menguadas entendederas es el desproporcionado eco informativo que tienen las noticias relacionadas con los estertores de Eta. Así es que el partín de los montes protagonizado ayer por la autodenominada "Comisión Internacional de Verificación", que hasta tiene página web, mereció en alguna cadena de televisión nacional casi un tercio del minutaje de sus informativos (deportes y el tiempo aparte, que estos ya se han convertido en programas propios en casi todas las teles). ¿Tanto interés tenían vds. en ese asuntillo menor? Pues los directores de numerosos medios de comunicación parecen ajenos a los deseos de su clientela, que son vds. y nosotros, con ese empecinamiento en dedicar montones de espacio y tiempo a la nadería expuesta en la que se constatan tareas tan hilarantes como el precintado de 10 g. (sí, sí, gramos, los de 1.000 por kilo) de nitromanita. Encima habrá sido necesario comprarles balanzas de precisión. Y sin admitir preguntas oiga, pero no sabemos por qué en este caso no se producen plantes de periodistas. 

El caso es que nada de interés aportó este sexteto del que lo que en verdad podría llegar a interesarnos es cuanto cobran y quien les paga. No olvidemos que se trata de un grupo de profesionales de este rollito encabezados por Ram Manikkalingam, el fundador de un chiringuito llamado Dialogue Advisory Group que da acomodo a una amplia nómina de rebotados de diversos organismos internacionales (puede comprobarse en las reseñas biográficas de los consejeros colgadas en su web). No está de más recordar que ese avispado fundador holandés dejó otra oenegé llamada "Centre for Humanitarian Dialogue" para fundar la suya propia. Todo un emprendedor en ese bastante concurrido, lo que nos hace inferir que lucrativo, negocio de la mediación. 

Como tenemos claro que los datos sobre los pagos y pagadores no nos lo van a dar, ¡hay esa profesión periodística que ni pregunta!, tendremos que conformarnos con inferirlo a partir de ciertos signos externos. Tratándose de una visita al País Vasco, unas gentes de tan acreditado buen vivir no habrán dejado de hacer honor a la acreditada cultura gastronómica de sus anfitriones, así que no será mala pista el restaurante elegido para honrar la cultura local. ¿Podría algún lector aportarnos el dato?

Metidos en la admirable gastronomía vasca, nos viene a la cabeza que una parte importante de las palabras que el idioma español ha incorporado del euskera pertenecen a ese ámbito (angula, cococha, changurro,...), pero el único vasquismo que hemos encontrado entre las novedades de la próxima edición del Diccionario de la Real Academia (DRAE) es zulo. Muy sintomático y, además, con el triste matiz de que en este caso la palabra no se incorpora con el mismo significado original, los vascos tienen zulos hasta en la nariz (sudur zuloa), sino con el muy restringido uso terrorista.

Así que para terminar tenemos que recordar a nuestros amigos periodistas que están cayendo en el mismo error que cometían en las crónicas de la criminal historia de Eta, cual era imitar el lenguaje militar utilizado por la banda (comando, acción, ejecución,...). Dado que estos de la autoproclamada CIV parece que van a seguir dándose homenajes en el País Vasco, al menos tendremos derecho a ponerles el nombre que nos apetezca. Nosotros vamos a proponer "Asesores de la Liquidación de Eta" que, además, produce la bastante apropiada sigla ALE. Así que, ¡ale!, a ver si acabamos cuanto antes con esta comedia.



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