domingo, 18 de febrero de 2018

Cosas de la lengua (7/2018): 2ª parte


Proseguimos el repaso de cuestiones relacionadas con la lengua de esta 7ª semana del año en el Laboratorio del lenguaje del Diario Médico. Slavko Zupcic, “medritor” es una entrevista al citado "médico-escritor" que acaba de publicar el libro Cementerio de médicos”. Un texto cuyo primer relato tiene el intrigante título de “Soluciones literarias a la muerte de mi suegra”. Si este medritor fuera nuestro cuñado estaríamos un tanto preocupados con su próxima obra.

El artículo del martes se ocupó de la Actualización del diccionario académico subida a internet el  pasado 20 de diciembre para convertir la vigente edición en la 23.1. Un apunte que recopila algunos tecnicismos recién admitidos de los que no se ha hecho eco la prensa. Como amusia, antagonizar, audiología y audiólogo, autólogo,  monocatenario bicatenario, biocida, bioenergía, carácter sexual primario, discinesia, especismo  especista, halal, kosher y monitor Holter. Este también se recoge en la forma holter, en cursiva y con minúscula inicial, que el autor advierte es contrario al uso habitual entre médicos. Por nuestra parte, añadir lo llamativo que se nos hace que el Diccionario se limite a reseñar que este último término es una voz procedente del inglés, sin hacer referencia alguna a su epónimo Norman Holter. 

En el artículo de Fernando A. Navarro, asímismo se citan algunas bajas, como las de los arcaísmos ‘alijarar’‘hetría’ ‘lazrador’, para detenerse más en ‘uracho’  (uretra) y, sobre todo, en la efímera presencia de estent. Un término ingresado en octubre de 2014, y ahora sustituido por stent ante el escaso uso de la españolización anteriormente propuesta de esa palabra cuyo epónimo es el dentista inglés Charles Thomas Stent (1845-1901).

José Ignacio de Arana dedicó su artículo del jueves a la creciente confusión entre fama y popularidad en un artículo cuyo título Prez y baldón recuerda dos términos caídos en desuso. Los que respectivamente significan "honor, estima o consideración que se adquiere o gana con una acción gloriosa" e "injuria o afrenta".

Y ayer Fernando A. Navarro recomendó a todos los médicos con intereses docentes la lectura del libro ‘Los tres médicos’ (2004) de Martin Winckler (seudónimo de Marc Zaffran), que es la precuela del exitoso La enfermedad de Sachs’ (1998). Un tanto desconcertante recomendación cuando la culmina diciendo que si el trasfondo médico es excelente, su trama literaria es bastante más floja, previsible a menudo y con numerosos pasajes que naufragan por culpa del descarado maniqueísmo que permea la novela entera.

Pasamos a Fundéu que comenzó la semana recomendando escribir con uve la música y baile originarios de Colombia que llamamos vallenato. Ello en base a la probable procedencia de la musical denominación del nombre del municipio colombiano de ValleduparAsí que mejor reserven ballenato para la cría de la ballena. 

Al día siguiente los urgentes ofertaron 'los diez mejores', 'los diez más destacados' o 'los diez más populares' como  alternativas a la expresión inglesa top ten. No es fácil competir con el eufónico bisílabo que dio nombre a una discoteca ovetense. 


Morten Morland en The Times
El escándalo de Oxfam  justificó que dedicaran el miércoles a publicar unas claves de redacción sobre las ONG en las que se recuerda que también es válido escribir oenegé. Acompañamos un par de recientes parodias del símbolo de la ahora cuestionada organización cuyo nombre es una acronimia de Oxford Committee for Famine Relief (1).

El jueves estuvo dedicado a la expresión día cero que, con motivo del riesgo que corre Ciudad del Cabo, está siendo muy utilizada para hacer referencia al momento en que los grifos de una gran ciudad se quedan sin agua por falta de reservas. Y como último apunte semanal, un soso recordatorio de que fotovoltaico se escribe sin tilde. Y amor sin hache, nos dejó dicho el gran Jardiel Poncela.


Tomás Serrano en El Español
Volvemos a El País con el artículo Ojo con la barra libre en el que Javier Marías recuerda que hacia 1910 ya se acuñó la expresión “couch casting” (“casting del sofá”). Una eufemística denominación de las pruebas a las que los productores de  Hollywood y Broadway sometían, con cierta frecuencia, más a las que a los aspirantes a los papeles de sus películas. Valiente artículo que señala dos pseudoverdades de moda: que las mujeres son siempre víctimas y que nunca mienten. Luego cualquier varón acusado es considerado automáticamente culpable. Hay que ver donde ha quedado aquello de la presunción de inocencia.


Y eso cuando nuestro  Oviedo ha sido noticia por el debate sobre la estatua de Woody Allen. Un cineasta cuyas (presuntas) fechorías ya eran portada de la revista Screw en 1992. ¡Cuantos años de hipocresía llevamos a cuestas! Y ahora que ya no rueda nada, todos proclamando que se niegan a trabajar con el. ¡A buenas horas!

Volvemos con Marías,  porque añade en su escrito que una perniciosa consecuencia de esa “barra libre” es que las acusaciones fundadas y verdaderas puedan ser objeto de sospecha y caer en saco roto.

Ya intuirán que no tardó en recibir un aluvión de críticas, como bien apuntaba el lunes su compañero de El País Juan Cruz en la columna titulada A lo que se atreve Javier Marías. Y eso que es cuestión sobre la que parece que no se han pronunciado los obispos de Equidistonia (un planeta descubierto por Jorge Bustos).

Los disentidores se han cebado/atrevido menos, en cambio, con Jordan B. Peterson que esta semana ha sido entrevistado en El Mundo por Cayetana Álvarez de Toledo. Aún desde la discrepancia, merece la pena reflexionar sobre las cosas que dice.


Solo tiene que señalar al que crea que es el vil depredador que 
le envíó una tarjeta de San Valentín sin su consentimiento
Una cuestión que no toma en consideración Marías es la equiparación de conductas de muy dispar gravedad que se observa en demasiadas ocasiones. Un asunto sobre el que ironizaba el humorista británico Mac con motivo de la festividad de San Valentín.

Y una vez metidos en viñetas, nos traemos dos que hacen una llamativa utilización de palabras con un restringido ámbito de uso. Las muy malagueñas biznagas de Idígoras en el diario Sur y la aragonesa garrampa de Postigo en 'El periódico de Aragón'.




Lo que no conseguimos entender es el objetivo del reduccionismo informativo a que somete La Nueva España a sus lectores. Así se forma gente mentalmente pequeña:


Ese enunciado solo tendría sentido si hubieran estado en condiciones de concretar el impacto en Asturias, algo que el estudio que citan no hace.

Lo comparamos, ya para finalizar, con el mensaje que recibe un lector de periódicos nacionales (enlace a la noticia; y discutible, por cierto, la cifra que el periodista lleva al titular):





(1) La pronunciación de la palabra 'mujeres' en francés, femmes, ha dado pie a la siguiente viñeta del belga Dubus.






P.S.- Leyendo la prensa de hoy, encontramos en El Comercio un modélico engarce de la dimensión nacional y regional de una información:







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