miércoles, 20 de diciembre de 2017

Imaginando formas con la b


Comenzamos proponiendo contemplar la B en flor que proponen las Cámaras de Comercio Británicas. Unas organizaciones muy vinculadas al comercio marítimo a las que también les habría ido bien la letra evocadora de henchidas velas que utiliza el fabricante de vehículos a motor ucraniano Bogdan (o Bohdan) Corporation. Un símbolo que entronca con el barco de vela utilizado por la marca rusa Lada cuyos modelos fabricó durante años, aunque ahora produce básicamente modelos de origen asiático.

Lo cierto es que las formas de la B también se acomodan bien con las de otros elementos tan marinos como son las anclas. Un par de ejemplos.


Son unas cuantas las marcas que han conseguido vincular a su producto con las formas de la letra de hoy, como ocurre en el caso del Blu-ray disc o del fabricante de frenos Brembo que convierte su inicial en una pinza que se aferra sobre el disco de un moderno sistema de frenado. En el caso del fabricante de electrodomésticos Balay, fundado en Zaragoza en 1947 por Esteban Bayona y José María Lairla, la inspiración para el símbolo que adoptaron en los años ochenta vino de las resistencias que antiguamente eran bien visibles en algunos hornillos de las cocinas eléctricas.



El fabricante de calzado norteamericano Brown Shoes, fundado en 1878 y que desde el año 2015 se denomina Caleres, ha utilizado a efectos de nuestros intereses dos logos particularmente interesantes. Uno en el que la el correaje de una sandalia daba la forma a la letra del día y otro, más reciente, que fue el símbolo corporativo utilizado hasta 2011 en el que la inicial del nombre se formaba con una pareja de tacones.



En Francia, los panaderos, que allí sin boulangers, convirtieron su inicial en uno de sus productos para creara el símbolo que utiliza esa profesión. Junto al mismo hemos dispuesto una B tumbada que claramente evoca un libro, y también un ave en vuelo, para el servicio de bibliotecas de Barcelona.


Dentro del sector editorial, encontramos a la londinense Bloomsbury, fundada en 1987 en el barrio del que tomó su nombre, que adoptó como símbolo a Diana cazadora como representación de su búsqueda de nuevos talentos, a la que dotó de un arco con las formas de su inicial. Años más tarde reelaboraron esa femenina figura para crear el símbolo del sello que denominaron Circus.

No hace la B un mal cuerpo para un águila, como descubrieron los propietarios de la empresa cervecera colombiana Bavaria fundada en el siglo XIX por unos inmigrantes alemanes. También un postizo a modo de cabeza requirió el águila que la empresa especializada en diseño de marcas Landor insertó en el monograma creado en 1969 para el Bank of America. Un diseño que estuvo en uso hasta 1998 que está claramente emparentado con el realizado por el búlgaro Stefan Kanchev (1915-2001) para la compañía de carretillas elevadoras Balkancar que está fechado en 1966.



El Banco de Bogotá, cuyos inicios se remontan al año de 1871, utilizó durante muchos años como elemento identificador el escudo de armas de la capital colombiana otorgado por el emperador Carlos V según Real Cédula dada el 3 de diciembre de 1548. Obsérvense las frutas de las garras propias de la simbología del Nuevo Reino de Granada. 

En 1964, el banco colombiano adoptó un monograma formado por una doble "b" que fue sustituido en 1984 por un símbolo creado por la firma española CIAC que propuso retomar el águila con un diseño que era claramente tributario del ya visto de Kanchev. Y en 2008 se decidió reelaborar el concepto con la aguileña B que desde entonces utiliza como símbolo esa entidad financiera.


Bajaj es uno de los mayores fabricantes indios de vehículos, líder en los segmentos de 2 y 3 ruedas, que en 2004 adoptó como símbolo un diseño de la empresa Elephant que convierte su inicial en la evocación del vuelo de una ave de ahorquillada cola. 


Pero sin duda son las alas de las mariposas las que acogen más letras, entre las que no faltan las bes. Como hace la aerolínea Skybus para crear un monograma con sus iniciales SB. Otra variante del concepto es utilizada por la Fundación Mario Benedetti para representar las iniciales del escritor según ya hemos visto a hablar de la eme. Debajo, dos ejemplares simétricos, el primero duplicando una letra en el indicador de mejor compra del Ethical Consumer Magazine y el segundo como símbolo de la organización dedicada a la conservación de las mariposas monarca denominada Monarch Watch que forma su ejemplar con sus iniciales inglesas M y W.


Hace poco que se ha presentado otro interesante monograma creado por la consultora Saffron con las iniciales del Open Bank del Grupo Santander. Una llave con la que se quiere simbolizar apertura y oportunidad.

Una vez que ya tenenos la llave, un poco de arquitectura. Si tumbamos una B y afilamos sus formas se hacen patentes unos adosados que no convencieron del todo a los responsables de la cadena francesa Bricorama porque finalmente mantuvo su tradicional logotipo 'estilo metro de Londres'.



El símbolo conjunto adoptado en 2012  para su promoción turística por la ciudad de Bilbao y la provincia de Vizcaya, aprovecha que sus denominaciones en eusquera comparten la letra B como inicial. El equipo de la agencia de publicidad Ros que ganó el concurso convocado al efecto se inspiró en las formas de unos de los elementos constructivos del Museo Guggenheim que acabó combinado con un lema tomado de otra propuesta, el 'Bilbao Bizkaia Be Basque' presentado por José Gil-Nogués Villén. Debajo otra B arquitectónica utilizada por el joyero parisino Boucheron que deja clara la ubicación de su establecimiento en la Place Vendôme.


Lo que reviste caracteres auténticamente epidémicos es la evocación de corazones a partir de la letra que hoy tratamos. Una referencia que cabe encontrar en marcas de todo tipo, como las adjuntas de bricolage o de una compañía telefónica, pero que donde resulta realmente resulta cansina es en la simbología de uso turístico. Un caso muy comentado en 2008 fue el de Belfast porque presentó su símbolo pocos después de hacerse públicos los muy similares de otras localidades británicas como Blackburn y Barrow, casi idénticos entre sí (más sobre eso). A continuación lo vemos junto a un puñado de variopintos ejemplos entre los que no faltan un par de marcas-país: Serbia y Baréin (que tiene la peculiaridad de ser bilingüe, puesto que el pie del corazón-B es la transcripción árabe del nombre de ese país).


Ello nos lleva a observar un mayor aprecio hacia los símbolos de aquellas localidades que le han echado un poquito más de imaginación, como esa carita de lunares ojos que utiliza la castellonense Benicàssim.

Al departamento francés Bouches du Rhône le tocó el 13 en la numeración asignada por orden alfabético a esas divisiones administrativas del vecino país (en España ese código le tocó en suerte a Ciudad Real). Y optó por sacar partido a la posibilidad de combinar ese número con su B inicial en el monograma que hace ya algunos años acompañan con la representación de un olivo.

Bien conocido es que la marca de helados Baskin-Robbins también "esconde" un número en su monograma BR, el representativo de los 31 sabores que comenzaron a ofrecer en 1945 tras la fusión de las heladerías que eran propiedad de Burt Baskin e Irv Robbins.



La presencia de un trece en un logotipo no siempre es bienvenida. A continuación puede verse sobre el mismo avión (matrícula OO-SSG) el diseño inicial del símbolo de Brussels Airlines realizado en 2005 por el diseñador Ronane Hoet para la compañía resultante de la fusión de SN Brussels Airlines (SNBA) y Virgin Express, acompañado del definitivamente adoptado tras las quejas recibidas por el número de puntos que había utilizado. Ya se ve que en negocios como el transporte aéreo las supersticiones no se echan en saco roto.


Finalizamos con una colección de enlaces a los apuntes de las letras anteriormente tratadas: a, e, f, h, m, o, q, t.







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