martes, 19 de diciembre de 2017

El oteador de clichés en las portadas (20): ascensores


En el repaso de las portadas de género glamuroso fechadas en noviembre nos dejamos sin reseñar la de Voge Italia protagonizada por Raquel Zimmermann. Una pieza de un reportaje fotografiado  por Inez & Vinoodh que se desarrolla en un ascensor. Así que en estas fechas tan de gran almacén, nos da una buena excusa para repasar el recurso a esos aparatos para componer tapas de revistas.

 

El primer ascensor que tenemos registrado con esa función de cubierta es el dibujado por John Held Jr. para el número de Life del 10 de febrero de 1927. Una escena galante en la que el aviso del ascensorista no consigue que la encantada dama abandone el aparato en el piso que ha pedido. Sin el texto del pie, la interpretación sobre quien se resiste a salir seguramente habría sido la contraria. Al menos con la óptica de hoy en día. Pero es difícil que alguien se atreva a publicar algo así en los tiempos que corren.

En The New Yorker encontramos un primer ascensor en la ilustración de Harry Brown que fue portada el 12 de diciembre de 1936. Una pieza en la que se representan las típicas aglomeraciones de las compras navideñas.

Cinco años después fue la ilustradora nacida en Inglaterra,  muy pronto emigrada a Estados Unidos, Christina Malman (1911-1959), quien recreó una escena similar. Pero destaca en la misma la ilusionada niña que aparece rodeada por los habituales lúgubres personajes de esa artista. En este caso no era para menos, porque el 7 de diciembre de 1941 se había producido el ataque japonés a Pearl Harbor que conmocionó al país.

 

Constantin Alajalov añadió en diciembre de 1943 un tercer elevador a la colección de la revista The New Yorker, este un montacargas de servicio de un teatro.

El atestado ascensor publicado en abril de 1947 en Esquire ya se lo hemos enseñado en el artículo La reinterpretación de creatividades en las portadas de Playboy (3ª parte con una fiera segunda mitad). Allí lo incluímos entre los ejemplos de creatividades de esa revista, en la que había trabajado Hugh Hefner, que inspiraron portadas de Playboy. En este caso la de noviembre de 1956. Pero lo cierto es que la de Esquire es claramente tributaria, a su vez, de la previamente mostrada de Life, mientras que la de la entonces recién creada publicación de Hefner daba un giro a observadores y observado.

 

La explicación de la conexión creativa entre Esquire y Playboy nos ha llevado a saltarnos en la secuencia cronológica que estamos siguendo, la presencia de un ascensor en La Codorniz. Herreros es el autor de la portada del 6/3/1949 que incluye un ejercicio extremo de la cortesía de descubrirse. Adicionalmente, Munoa instaló en la del 12/1/1958 un práctico ascensor a efectos de que las clases acomodadas pudieran superar "la cuesta de enero" con mayor comodidad.

Duncan Macpherson reunió en la portada del 14/2/1959 de la revista canadiense Maclean's una variada gama de reacciones a las apreturas sufridas por catorce pasajeros embutidos en un ascensor de diez plazas.

Volvemos a The New Yorker para ver la ilustración de Abe Birnbaum del 25 de abril de 1959, en el que es el primer elevador sin ancensorista de esta colección. Y en la revista satírica británica Punch, encontramos un ascensor en una portada de Andre François fechada el 11 de noviembre de 1959, en lo que resulta una muestra de un humor bastante inglés, con su té y todo, por más que su autor fuera francés.

 

La falta de ascensorista propicia que la estén liando los invitados de la casa seccionada por Benjamin Prinpara el último número de febrero de 1961 del Saturday Evening Post. A su lado una insinuante portada de Cavalier de enero de 1963 que anuncia la privada prolongación de otra fiesta.

 

Saltamos hasta julio de 1980 para ver uno de los característicos juegos del humor de la revista satírica MAD. A su lado una ilustración de Paul Degen que suma la cuarta portada de hoy del semanario The New Yorker, esta fechada en septiembre de 1987. 

 

Nuestra colección presenta una nueva laguna que nos obliga a dar un nuevo salto hasta el año 2002 en que el ilustrador conocido como Mónica (José Antonio Calvo Téllez) produjo una peculiar escena de ascensor para el "Especial Hijos de puta" del cómic El Víbora.

El quinto ascensor del semanario The New Yorker  que tenemos identificado es obra de Mark Ulriksen y está fechado en marzo de 2003. Niño y mascota comparten salida a la calle.

Y la sexta y última tapa de esta categoría que albergan nuestros registros de la revista neoyorquina es la del 22 de noviembre de 2004 obra de Ian Falconer.  


The Weekly Standard utilizó el ascensor como metáfora de la desigualdad de oportunidades de ascenso social en su número fechado el 26 de mayo de 2014. Mal rumbo, parece que lleva la movilidad social, así que habrá que poner más ascensores.

Y hasta que conocimos el Vogue italiano que abre este artículo, la última pieza de nuestra colección era, cronológicamente hablando, la portada de Newsweek del 26 de abril de 2012. Una creatividad que anunciaba una nueva temporada de la popular serie de televisión Mad Men.








Adenda 2/18: el magazine del Washington Post del 11 de febrero de 2018 aporta una nueva pieza a nuestra colección con una salida en estampida de un ascensor que tiene una versión dinámica que puede verse aquí. La acompañamos con una tapa del personaje del cómic chileno Condorito.

 




Adenda 10/18: el nº 61 de la revista Volo luce en portada una erótica escena de ascensor del fotógrafo bielorruso  Viktor Stinger.






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