domingo, 3 de diciembre de 2017

Alucinaciones periodísticas


Ayer sábado leíamos en El País el artículo General Electric busca frenar su caída firmado por Sandro Pozzi. Y todavía no estamos restregando los ojos tras leer el siguiente párrafo:

GE es la única firma que ha sobrevivido desde la fundación del Dow Jones, en 1907. Es más grande que PepsiCo, Boeing, Disney, Merck o IBM, pero tiene el precio más bajo por acción. Los títulos de Boeing son los más caros, a 270 dólares la unidad, frente a los 18 dólares del grupo industrial. También se negocian más de diez veces por encima Goldmad Sachs, UnitedHealth y 3M.

Hay que comenzar por aclarar que el Dow Jones Industrial Average (DJIA) fue calculado por primera vez el 26 de mayo de 1896 a partir de las cotizaciones de 12 sociedades de las que, efectivamente, solo General Electric se mantiene entre las actuales 30 consideradas en el cálculo (vamos a entender así ese ha sobrevivido porque, aunque sea sometidas a variopintas operaciones societarias en las que han cambiado de nombre, la mayor parte de las restantes también siguen activas). 

Pero lo que ya es puro disparate es utilizar el precio de las acciones para dar una referencia sobre el valor relativo de las compañías citadas. Si lo que se trata es de comparar cómo las valora el mercado, resulta obvio que hay que utilizar la capitalización bursátil, porque el número de trocitos, llamados acciones, en que esté dividido su capital es, a esos efectos, irrelevante.

Con la de información financiera que hay en la red, no es difícil encontrar gráficos, como los que siguen, que dejan bien clara la dramática perdida de valor que ha sufrido GE.  Un hecho que no impedía a esa compañía tener el pasado viernes un valor tan solo un 4% inferior al de Boeing. Por más que hace un año casi triplicara en valor bursátil al constructor aeronaútico, ya se ve que la cosa no ha pasado, ni mucho menos, a estar 270 a 18.


Fuente: Ycharts
Fuente: Ycharts

3M capitaliza algo menos que GE y Goldman Sachs anda en poco más de la mitad, mientras que UnitedHealth sí que está por encima, pero un 40% y no diez veces.

Y lo malo es que en este caso, salvo que el periodista se un desesperado accionista de GE, ni siquiera cabe la excusa emocional. La que permite a La Vanguardia publicar excesos como el de la adjunta reseña de la acción protagonizada por el bueno de Moisés. Gran intervención la suya, pero tranquilos, que no hubo riesgo vital.



Demasiados afectados por el síndrome de los dedos rotos uno a uno. Las emociones han tomado el mando.




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