viernes, 10 de noviembre de 2017

Les fabes de la güela erasmus


Reconocemos consumir poca televisión y haber desarrollado, para los episódicos momentos en que lo hacemos, una cierta habilidad para inhibirnos de los mensajes publicitarios. Será por ello que hasta hora no habíamos caído en la inconsistencia en que incurre el actual anuncio de la fabada Litoral creado por la agencia Tiempo BBDO. El que, al parecer, ya lleva casi dos años en antena (ref.), aunque ello sea con un interín ocupado por un avatar milenial de la veterana protagonista (ref.).

La icónica abuela, presuntamente asturiana, al parecer fue ideada en 1985 tras la compra de esta firma por Nestlé a la también multinacional Carnation, propietaria de la conservera gijonesa García y Liñero desde 1973. Una empresa fundada en el barrio de Cimadevilla en 1943 por José Liñero junto con su primo Celestino García (aunque la web de la marca afirma que esa fundación se remonta a los años treinta), que en 1963 se trasladó al polígono industrial de Tremañes donde hoy en día sigue enlatando comida.

El vídeo que nos tiene un tanto molestos es el que sigue:


Y ello, si no lo hubieran advertido, por el segundo plano del montaje. Este: 


Poco han pisado el campo asturiano quienes han creado y supervisado esa escenificación con unos zuecos típicos de Francia, Bélgica u Holanda que difícilmente verán calzar a una güela astur. Por eso barruntamos que esta pudiera ser un caso de erasmus geriátrica. A ver si nos enteramos de que las madreñas, o madreñes si prefieren una dicción más cerrada, utilizadas en este decaído rincón del solar patrio van montadas sobre unos tacos llamados peas, peales o pellales. Una forma de mejorar las propiedades aislantes de la humedad del calzado cuyo nombre deriva de maderueña, 'de madera', a modo de indicador de la materia con que están elaboradas.

Añadiremos que las más usuales hace tiempo que son, con diferencia, las que se utilizan con zapatillas, lo que requiere una escotadura más ancha que en las "de escarpín". A ver si se entiende mejor con una imagen de los pies de una paisana que sí que tien pinta de saber hacer una buen fabada:  


Aprovechamos para señalar que tampoco entendemos a qué viene esa dicción con tan empastadas eses, como si fuera una rural parienta de Mariano Rajoy. Y recomendar, de paso, que si consiguen pillarlo abierto, porque ¡mucho inauguramos y luego nos olvidamos!, visiten el ciertamente minúsculo Museo de la Madreña y la Madera de Asturias situado en el concejo de Caso. Si lo encontraran cerrado, disponen de la alternativa de realizar bonitos paseos por el monte que pueden culminar con una buena comida. No necesariamente a base de fabada.


Lo que hay que reconocer es que la publicidad de Litoral tiene algún antecedente bien llamativo. A ver que les parece el adjunto ¡Qué penicilina ni bobadas! ¡Fabada Litoral! fechado en 1956.

Ya para terminar este quejío, una muestra del afecto hacia esas fabadas de quienes vivían expatriados, por medio de unos tan festivos como mediocres versos titulados «Asturias en la Mesa universal: Elogio de la fabada» que tienen una curiosa conexión catalana. Fueron enviados por Emilio Palacios, Milín de Encarna firma, a José Barreiro en una carta de 1966 que hemos encontrado en un artículo de Etelvino González López:



Desde Somió al Cantal 
de Pernambuco a Cenero 
la fabada ‘Litoral’ 
de García y de Liñero 
triunfa por su cualidad 
de gustar al mundo entero.
«Qué fabada, caballero 
la de García y Liñero!» 
decíame el buen Pinón 
y añadía: «El sarampión, 
el tifus y el mal del flatu 
cúrense bien con un platu 
de fabada ‘Litoral’ 
y al que dude ¡caracamal! 
hay que llamalu o pazguatu 
que pal casu ye to igual».

¡Qué fabada, caballero 
la de García y Liñero!
Yo probela en Perpiñán 
traída de Barcelona
con un rusu, un alemán, 
un polacu, un catalán 
y el Rector de la Sorbona, 
quien dijo, muy doctoral, 
luego de zampar dos lates 
de la fabada ideal: 
«-No he comido cosa igual 
desde que uso de razón. 
¿De dónde es este manjar?». 
«-¿De ónde va ser? ¡De Xixón! 
el pueblín más sandungueru 
que hay en tou el mundu enteru» 
dije yo con emoción. 

Saltó al puntu el catalán 
(solista de la tenora 35 
de la Cobla La Bisbal) 
nerviosu y fieru cual gallu 
que ve otro gallu en corral: 
«-Barcelona es sempre bona, 
ja ho ha dit en Maragall». 
Y el Rector de la Sorbona 
siempre digno y magistral, 
alzóse de la poltrona 
con gesto de gran persona 
y díjole al catalán:
 «Sí, señor, es sempre bona, 
Barcelona, Barcelona, 
però sería més bona 
con fabada Litoral»
¡Qué fabada, caballero, 
la de García y Liñero! 
dijimos todos a una: 
¡en el mundo no hay ninguna 
que se la pueda igualar! 

                     Milín de Encarna




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