sábado, 16 de septiembre de 2017

La lengua de la 37ª


Como tantas veces, comenzamos este semanal repaso con la reseña de la elección del Martes Neológico del Centro Virtual Cervantes que esta vez ha sido millennial. Así, con el título en inglés en contra del criterio de Fundéu de utilizar milenial. Un término, que remite a milenio, con el que se designa la también llamada generación Y por ser la posterior a la generación X que, a su vez, es la nacida tras la del baby boom. A falta de un consenso generalizado, suele aceptarse que los millennials son los nacidos desde alrededor del 1980 hasta a principios del siglo XXI. Bastante imprecisa definición. 

Más concretos fueron los creadores del término, William Strauss y Neil Howe, que lo acuñaron para designar a los nacidos a partir de 1982. Los que, de acuerdo con el modelo educativo norteamericano, estaban destinados a graduarse en el instituto en el año 2000. 

Y ahora que andan las sensibilidades tan a flor de piel, reparamos en la cantidad de artículos que llegan a esa sección del Cervantes desde universidades catalanas. Las que diríase más volcadas en el estudio de la neología del español. En este caso la autora del artículo es Dª Aina Labèrnia Romagosa de la Universitat Abat Oliba CEU. Curioso, cuando menos, cuando en aquellas tierras se ha llegado a multar por rotular escaparates en castellá.

Pasamos al Laboratorio del Lenguaje del Diario Médico que publicó, poco después de nuestra última croniquilla lingüística, un odontológico poema de Margarita Hernando de Larramendi cuyo título es 'Clínica Perio (la belleza acecha donde menos te lo esperas)'. Curiosa pieza del poemario "Las siete en Canarias" (Madrid: Verbum, 2014).

El siguiente artículo fue el titulado La búsqueda del niño perfecto es distópica. Una interesantísima reflexión de José Ramón Zárate sobre el creciente uso de técnicas genéticas para conseguir hijos inmaculados. Y ya no solo para que estén libres de trastornos de origen genético, como bien ilustra la llamativa petición de una pareja china que se relata. Porque lo que esos padres pretendían era eliminar la mutación que dificulta a muchos asiáticos procesar adecuadamente el alcohol. Lo que, en definitiva, deseaban es un hijo capaz de beber sin alterarse para mejorar así su capacidad negociadora en los bien regados almuerzos comerciales que presumían estaba destinado a mantener.


La aplicación de esas técnicas también tiene importantes consecuencias para la economía de la salud. Se cita como ejemplo que el coste de un diagnóstico preimplantacional para evitar la fibrosis quística es de unos 60.000 dólares frente a los 2,3 millones que cuesta el tratamiento de esa enfermedad durante la vida del paciente.

Todo un apasionante debate que no es capaz de hacerse hueco entre cuestiones mucho menos trascendentes que tanto espacio ocupan en los medios de comunicación. Y con ser muy acertada la ilustración utilizada, nos permitimos añadir una portada de 2015 del semanario Der Spiegel, por más que ya esté centrada en el 'después de' las posibles manipulaciones genéticas. Otra cuestión muy interesante y fuente de prácticas ahora mismo mucho más habituales. También nos viene a la memoria que los conflictos derivados de la 'programación de los hijos' fueron objeto de una interesante tapa de El Jueves cuando esa revista hacía humor más allá de la política.

 

Muy relacionado con el tema anterior está el biohacking del que se ocupa un artículo de El País en el que se repasan algunas de las variopintas manifestaciones de la también llamada 'biología do it yourself'. Un heterogéneo concepto que abarca un difuso cúmulo de prácticas de interacción biológica destinadas a conseguir ampliar las capacidades físicas y mentales de los individuos.

Seguimos en El País con El Reino desarticulado, el artículo que Alex Grijelmo ha dedicado al abrumador uso de Reino Unido con artículo. Comprensible preocupación para el redactor del 'Libro de estilo de El País', pero asunto mucho menos atractivo para el lector medio. Eso cuando todavía son muchos quienes utilizan indistintamente Reino Unido y Gran Bretaña (que es la isla donde se asientan Inglaterra, Escocia y Gales, pero no incluye Irlanda del Norte y otros territorios de ultramar). Y no son pocos quienes todavía recurren a Inglaterra para denominar a todo el brexitario estado.

Volvemos al blog médico para reseñar que la entrada del martes estuvo ocupada por la sexta entrega de 'Humor y medicina en Twitter'. Sin ser para troncharse, difícil será que alguna pieza de esa decena no les arranque una sonrisa.

Al día siguiente publicaron un no muy médico recuerdo para los canaperos, esos especialistas en disfrutar de los convites que siguen a todo acto que se precie. Una figura que nos ha recordado una portada del semanario The New Yorker, obra de Carter Goodrich, que nos parece le habría venido bien a José Ignacio de Arana como ilustración. 

Siguió Leer literatura nos hace más empáticos, que es una reseña de los resultados de un estudio del novelista y profesor emérito de psicología cognitiva en la Universidad de Toronto Keith Oatley. En el mismo se compara la citada capacidad emocional de la empatía en dos grupos de lectores, uno consumidor preferente de ficción y otro integrado por quienes básicamente leen textos informativos y ensayos o artículos científicos. La conclusión obtenida queda adelantada en el título. Así que no les hará mal leer nuestros Microrrelatos por más que no tengan mucho desarrollo de los personajes.

Pero no deja de ser curioso confrontar esa conclusión con lo que cuenta Nacho Carretero en 'Terrorista y un tío de puta madre'. Un artículo en el que se aportan algunos trágicos ejemplos de auténticos monstruos con un buen conocimiento de las grandes obras de la literatura. Qué compleja es la naturaleza humana.

Oportunos estuvieron en Fundéu con su recomendación del lunes de utilizar la expresión los números uno, con el sustantivo números en plural, mejor que los número uno. Y es que ese día los dos del tenis mundial pasaban a ser españoles. Ello sin olvidar que Garbiñe Muguruza, aunque en 2014 optara por representar a España en los torneos (más sobre eso), tiene doble nacionalidad hispanovenezolana.

Al día siguiente, los urgentes se ocuparon de la correcta escritura de bífidus, el tipo de bacterias del género Bifidobacterium que desempeña un importante papel en el sistema digestivo. Una nueva ocasión para constatar lo poco que le dan a la etimología en Fundéu, porque no cuesta gran cosa explicar que reciben ese nombre a partir de su forma 'bifurcada' a modo de Y. Únase a ello las bonitas ilustraciones con las que cabe apoyar tan breve explicación.

El miércoles estuvo dedicado a recordar la correcta escritura de capa de ozono, una nota que estuvo motivada por el trigésimo aniversario del Protocolo de Montreal

El Salón Internacional del Automóvil de Fráncfort dio pie a unas claves de redacción en las que muestran su preferencia por esa forma del topónimo frente Frankfurt. También proponen alternativas para un buen puñado de anglicismos y recuerdan que el plural de led es ledes. Va a costarnos un poquillo seguir esta última.

Como remate semanal, otras claves de redacción, estas motivadas por la celebración de la Gran Final de las Series Mundiales de Triatlón. Ahí encontrarán recomendaciones como decir 'ir a rueda', que además tiene el castizo intensificador chupar, y no drafting.

De lo visto en las noticias de prensa nos ha llamado la atención el retorcido 'uniforme de género neutro' que se ha visto en diversos titulares, entre ellos el adjunto de El País. Ello a cuenta de la decisión tomada en un colegio del Reino Unido. O sea. el unisex de toda la vida. Neología lampedusiana.

El que sí nos ha gustado es el neologismo 'fatberg' (iceberg de grasa) con que han bautizado en Londres a un enorme tapón que se ha producido en sus sistema de saneamiento.

De vuelta a España, hemos leído que en la Diada de este año se ha escuchado bastante el despectivo botifler que se aplicaba a los partidarios de Felipe V en la Guerra de Sucesión. Un término de incierta etimología, que muchos opinan no procede de la exlicación más obvia: la expresión francesa beauté fleur ("la bella flor"), como referencia a la flor de lis del escudo de armas de los Borbones.

La que nos imaginamos que está condenada a caer en desuso es la tradicional apelación al seny como proverbial ejemplificación de la cordura. Un logro más de los maulets (diminutivo de esclavo), en terminología, nuevamente, del belicoso siglo XVIII.

Finalizamos apprtando nuestro granito de arena a la difusión del impagable tuitero zasca que recibió el terrorista que ahora se permite dar lecciones de democracia. Benditos reflejos los de mr. Mellows.







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