sábado, 1 de julio de 2017

La lengua de la 26ª


Comenzamos el repaso de las cuestiones lingüísticas vistas en la red esta semana con el Martes Neológico que se ocupó del verbo googlear. El que como ya se destaca en el título del artículo puede utilizarse tanto en forma intransitiva, sin ir acompañado del objeto buscado, como en estructuras transitivas en las que sí se menciona lo googleado. La primera aparición de este término que se documenta es de 2003, mientras que vemos que el diccionario Merriam-Webster fecha el primer uso en inglés tres años antes. Este sí que es bastante neo.

Tratándose de un apunte no muy extenso, aun se echa mas en falta una breve reseña del origen de esa palabra. Y es que le primer buscador creado en 1996 por Larry Page y Sergey Brin en Stanford fue bautizado con el descriptivo nombre de BackRub (masaje, pero literalmente frotar la espalda o atrás). Ello porque la familia de algoritmos que les catapultó al éxito, el famoso PageRank, basa la relevancia que asigna en el 'análisis hacia atrás' de los vínculos que recibe una página web.

Sin embargo, al año siguiente decidieron que ese juego de palabras era demasiado burdo para un producto serio y decidieron explorar nuevas opciones entre las que se optó por googol a partir de la propuesta de su colaborador Sean Anderson de utilizar googolplex. Este es el nombre de un inmenso número cuya notación es un uno seguido de un googol de ceros, donde un googol es un uno seguido de cien ceros. Si son capaces de imaginárselo son unos fenómenos. La leyenda de la empresa dice que al comprobar si el dominio estaba libre se tecleó por error google. Sea cual fuere la historia real de esa pequeña mutación final, esa variante fue el nombre registrado el 15 de septiembre de 1997. Y el adefesio que sigue fue el primer logotipo que estuvo en uso hasta septiembre del 98.




Nos vamos a diario El País donde Alex Grijelmo hizo una aproximación a los 'significados implicados' en el artículo Los rivales de la Iglesia. Un texto en el que explora el mensaje publicitario de la Iglesia para la campaña de la Renta que dice “No puedes ser de dos equipos rivales. Pero en tu declaración de la renta sí puedes marcar las dos equis. La Iglesia y la de fines sociales”.

Deduce el periodista que ese anuncio opone a la Iglesia con los “fines sociales” al expresar que no se puede elegir a la vez a dos equipos rivales, pero sí cabe escoger a la vez las dos casillas (rivales). Sin embargo, a nosotros mas bien nos parece que lo que se trata es precisamente de romper la falsa oposición sobre ambas posibilidades que todavía anida en la mente de muchos ciudadanos. Dicen que todavía casi un tercio de los contribuyentes cree que son incompatibles.

El propio Grijelmo se ha encargado de dar la primicia de que posverdad se incorporará al Diccionario de la Real Academia en diciembre, según ha anunciado Darío Villanueva tras su conferencia titulada 'Verdad, ficción, posverdad. Política y literatura'. La pega que vemos es que ese neologismo sustituye en demasiadas ocasiones a la muchas veces mas apropiada palabra mentira. Es un neologismo que debe administrarse con cautela.

Fundéu comenzó la semana recomendando la expresión 'en (graves) dificultades' o el adjetivo inviable como alternativas al anglicismo failing utilizado en el económico sentido de referirse a las entidades sin perspectivas de poder hacer frente a sus compromisos.

Prosiguieron con pequeña una disquisición sobre el uso de las preposiciones a y en con puntos cardinales, o sea, que Asturias está en el norte de España y el Mar Cantábrico al norte de la península Ibérica. Al día siguiente publicaron un comentario sobre algunos adjetivos que admiten dos formas superlativas diferentes, como pobrísimo y paupérrimo, donde cabe anotar que lo habitual es que una forma tenga un uso mas culto que la otra.

El jueves estuvo dedicado a promocionar el sustantivo wasap y el verbo wasapear como adaptaciones adecuadas en español del uso de la aplicación WhatsApp. Las hacen preferibles a guasap y guasapear que, sin embargo, son nuestras preferidas por su toque castizo.

El último apunte semanal de los urgentes estuvo dedicado a promocionar aprendibilidad como alternativa a la voz inglesa learnability. También citan la variante aprendabilidad que puede considerarse un acrónimo de aprender más habilidad. Este nos rasca mas.

Una de las palabras de la semana en el diccionario Merriam-Webster ha sido kakistocracy, el gobierno de lo peores. Aunque hemos visto algún uso en español de kakistocracia, habrá que hablar con los de Fundéu para que la den su bendición. Ese término le hace falta a nuestro lenguaje.

Pasamos al Laboratorio del Lenguaje del Diario Médico que dio cuenta el pasado sábado de las Publicaciones gratuitas de la Fundación Esteve con una relación de enlaces a una selección del centenar largo que ofrece esa institución creada en 1983. El siguiente apunte fue una reseña del "Foro de debate sobre el español médico"  celebrado el 1 y 2 de junio en la Universidad de Harvard. No puede decirse que acierte a transmitir con gran claridad los logros de esa cita mas allá de reseñar la esperable buena acogida dispensada al 'Diccionario panhispánico de términos médicos' (DPTM).

Veraneo en las aulas es una relación de cursos de verano que Fernando A. Navarro considera pueden ser de interés para los seguidores de ese blog. Le salen un par de docenas repartidos por casi toda España.

Nos ha llamdo ala atención que esta semana se ha visto bastante el emergente término turismofobia. La variante extrema de la que nos dicen se ha convertido en primera preocupación de los barceloneses. Vale que lo sea entre los habitantes del barrio gótico, pero que se extienda al conjunto de la ciudad mas bien parece un caso de contagiosa psicosis colectiva. Eso con la que está armando entretanto Puigdemont con sus huestes. Diríase que cada somos mas lo que los medios nos chivan que tenemos que ser. Preocupante.

También hemos descubierto la existencia de la ciguatera, una enfermedad provocada por una toxina típica del Caribe, al menos hasta ahora, porque nos cuentan que se está extendiendo a nuestras latitudes. Leemos en Abc que los primeros brotes autóctonos se detectaron en Azores y Canarias. En este segundo archipiélago se produce un goteo de casos desde 2006 y ya se han registrado 18 brotes con más de un centenar de afectados, en su mayoría relacionados con el consumo de mero y medregal, el que en la península suele llamarse pez limón.

Lo mas preocupante es que, a diferencia del anisakis, en este caso no cabe detección a simple vista y la toxina solo se detecta con un análisis de laboratorio. Tampoco hay ningún tratamiento preventivo que la inactive y el riesgo no desaparece al cocinar los pescados a temperatura elevada o al congelarlos. Mal enemigo.

Y aquí lo dejamos por esta semana con un par de Rotos a modo de colofón.









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