jueves, 1 de junio de 2017

Siguen picando


En el apunte "Y la ACES mojó en Gijón" publicado a principios de 2016 ya hicimos una aproximación a esa curiosa organización que cada año riega generosamente los municipios europeos con nombramientos deportivos. Y ello con la necesaria complicidad de esa casa de nadie que es el Parlamento Europeo.

El asunto viene a cuento del alborozo naviego del que se hacía eco ayer La Nueva España por el nombramiento como "Villa Europa del Deporte 2018". Título que promocionará el concejo por toda Europa les han vendido. Al tiempo, porque dudamos que esos promotores sean capaces incluso de recitar de corrido todos su larga lista de galardonados.

La distinción ha sido decidida tras la vista del secretario español de la tal ACES, el polifacético Hugo Alonso de quien ya les hemos contado algunas cositas en el apunte del año pasado. La giró acompañado de una concejala de Vicar, una población almeriense premiada en este 2017, y de un señor llamado José Manuel Lambea cuyo Linkedin  dice que es gerente de una pequeña empresa de alquiler de coches. Son estos tres destacados personajes quienes han proclamado la reseñada "ejemplaridad" de Navia porque el presidente de la organización, como en seguida verán, tiene demasiado trabajo como para ocuparse de los nombramientos menores.

Y es que el invento tiene 4 categorías. La mas señera es la "Capitalidad Europea del Deporte", única que cuenta con reconocimiento del Parlamento Europeo, que en este 2017 es Marsella, y en los próximos años serán Sofia, Budapest y Málaga. El pescado ya está vendido hasta 2020 y debe de estar al caer la designación del año siguiente. Nos da que va ser Lisboa porque es de la única candidata de la que hay noticias en la web de ACES.

A partir de ahí han creado una segunda categoría denominada "Ciudad Europea del Deporte" que dista de ser una sola cada año. Como ya hemos reseñado en el apunte dedicado a Gijón, en 2016 fueron 19, tres de ellas españolas, y en este 2017 son 15 entre las que esta vez tan solo hay una hispana que es Mollet del Vallés. Italia sigue ejerciendo su habitual liderazgo en este "ámbito deportivo" con cuatro nombramientos. Cierto es que el año pasado el delegado transalpino vendió nada menos que ocho. Un fenómeno el tío.


Pero la cosa no acaba ahí, porque aplicando una diferenciadora barrera que desconocemos, también se adjudica una tercera categoría llamada "Villa Europea del Deporte" que es el nombramiento al que ha optado Navia. Una distinción que han recibido en este 2017 nueve municipios incluido el español de Vícar (Almería). El que ha visto, con ello, convertida a su concejala del ramo en experta jurado de la edición del año próximo.

Y aun queda un cuarto nombramiento, el denominado "Comunidades del deporte" que, como puede verse siguiendo el enlace anterior, es cosa muy italiana. Este año han sido dos. Insistimos, un fenómeno el comercial de la zona.

Lo que nunca nos cuentan las crónicas es cuanto cuestan estas cosas ni para qué sirven, aparte de para justificar unos cuantos viajes. Cómo han calado los de ACES el ególatra y viajero perfil del edil prototípico. Pero obsérvese el curioso sesgo nacional que muestran las categorías inferiores. Pocos alemanes verán por ahí, mientras que los franceses solo juegan a ser capital.

Y al margen de esa capitalidad, que nos parece tan razonable como la pareja de ciudades que cada año ejercen la de la cultura, lo de que otros 26 municipios europeos anden proclamando que son la "ciudad/villa/cdad. del deporte 2017" tiene su guasa. Un detalle, este del tamaño del colectivo galardonado, que no verán en las notas de prensa ¡Vaya invento que se ha montado esa pandilla de vivos que encabeza Gian Francesco Lupattelli!


Entretanto, los europarlamentarios, como tantas veces, a uvas sobre el chiringuito que alguien ha creado a costa de su desidia. Están demasiado ocupados en gestionar sus propios chiringuitos de asesores (una noticia de hoy mismo).



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