sábado, 18 de marzo de 2017

La lengua de la 11ª


Comenzamos este repaso sabatino con el neologismo de la semana del Cervantes que ha sido la muy de nuestro tiempo nomofobia, el ‘temor anormal y angustioso a no tener la posibilidad de conectarse con el teléfono móvil’. Víctor Ruiz Aldana explica que esa palabra fue acuñada con motivo de un estudio realizado en 2010 en el Reino Unido para analizar los diferentes tipos de ansiedades que sufrían los usuarios de teléfonos móviles. Se trata de una acronimia de 'no mobile (-phone) phobia', así que ese nomo- nada tiene que ver con el elemento compositivo griego νóμος que significa ley o regla.


La ilustración resulta, como demasiadas veces, bastante sosilla, así que insertamos una alternativa que nos gusta mas. Bien podían hacer convocatorias online en busca de ideas. Nos encantaría participar.

El artículo también incluye una somera referencia al phubbing que el Oxford English Dictionary define como ‘la práctica de ignorar al acompañante o acompañantes para prestarle atención al móvil o a cualquier otro dispositivo móvil’. Este otro neologismo telefónico al parecer fue acuñado en Australia hacia el año 2012.

Nos vamos al Laboratorio del Lenguaje del Diario Médico que dedicó el domingo a explicar la sutil diferencia de uso entre aletorio y aleatorizado, término este último llegado al Diccionario en 2014. Fernando A. Navarro aprovecha para añadir unos cuantos tecnicismos habituales en medicina que aun no ha dado ese paso: antagonizar, arreflexia, autoinmunitario, estatina, ibuprofeno, metanálisis, murino, ortorexia, osmolaridad, pélvico, preadolescencia, preclínico, radionúclido, telecirugía y videoendoscopia.

José Ignacio de Arana, el otro pilar de ese blog, nos habló el miércoles de rangos y percentiles, términos estadísticos cada vez mas populares que no siempre son bien utilizados. 

El siguiente apunte fue una reseña de la novela Memorias de un desertor del pediatra Francisco González Durán de León que se desarrolla en la prestigiosa Escuela Médico Militar de México.

Y el viernes fue la directora de Diario MédicoCarmen Fernández, quien se ocupó de hacer una reseña del proyecto de 'Diccionario panhispánico de términos médicos' que se prevé que alcance los 80.000 términos superando de largo los 52.000  del 'Diccionario de términos médicos' (2011) de la RANM (Real Academia Nacional de Medicina).


Pasamos a Fundéu que comenzó la semana recordando la correcta escritura tanto de Bielorrusia, la antiguamente llamada Rusia Blanca, como de megarrecital. Esta última es una palabra que saltó a las noticias con motivo de las dos muertes ocurridas en un evento argentino de las que nadie quiso enterarse hasta finalizado el concierto. Tremendo comportamiento el de las masas humanas.

El martes, un recordatorio de que los 14 de marzo son conocidos como día pi por la notación americana de esa fecha 3.14. La que en 2010 incluso tuvo su doodle, aunque habría estado mas justificado en 2015 porque ese año tuvo el 'momento pi': 3/14/15 9:26:53.

El propio martes hubo un segundo artículo dedicado a la ambigüedad del adverbio sensiblemente. Término idóneo, pues, para la jerga política. Esta semana nos dirán que se registran sensibles avances en la negociación con los estibadores.

El artículo del miércoles estuvo dedicado a la palabra códec formada por acronimia de codificador y decodificador. La tarea que unas veces está a cargo de dispositivos hardware y otras de programas. Así que decir archivos, como hacen en el apunte, es confundir continente con contenido. Algo así como decir que un regalo es un paquete...


El jueves visto bueno para el neologismo uberizar formado a partir de una marca. La uberización es, en primera instancia, el conjunto de cambios que está introduciendo la economía colaborativa con la inestimable ayuda de internet. Pero es curioso como el término también tiene uso con las connotaciones negativas que resume bien en una frase del presidente del grupo Publicis Maurice Levy: “La uberización es la idea que uno se despierta por la mañana descubriendo que su trabajo ha desaparecido”. Y quizá sea oportuno recordar que el nombre de la compañía Uber procede del uso que hacen ciertos hablantes del inglés de esa adaptación de la palabra alemana über (sobre o encima) para referirse a lo que tiene una categoría superior.

Completó Fundéu su ciclo semanal con el visto bueno para un tercer neologismo, la turistificación. La que definen como el 'impacto para los residentes en un barrio o ciudad de que los servicios y comercios pasen a orientarse más hacia el turista que al ciudadano'. Hemos abreviado un poco su verbosa descripción que, sin embargo, se nos hace incompleta. Y es que la propia presencia invasiva de los turistas es un elemento clave del fenómeno.

Vamos con algunas noticias que se nos hacen lingüísticamente interesantes. En la entrada Palabras de la 39ª publicada el pasado año enlazábamos el artículo muy descriptivamente titulado “Deja que te explique qué es el mansplaining” en el que se explica ese neologismo inglés. Y lo recordamos ahora porque esta semana nos han dado noticia de un espectacular ejercicio de institucionalización de esa práctica en Arabia Saudita (enlace a la noticia en Abc): la constitución de un estrictamente masculino Consejo de Mujeres.


En otro artículo de prensa, este de El País, hemos descubierto el trabajo de las triadoras. El que nos cuentan se usa casi siempre en femenino porque es un empleo muy mayoritariamente desempeñado por mujeres. Las que se encargan de rescatar de la basura cuanto resulta aprovechable. Y es que el triaje es en primera acepción del Drae "escoger, separar, entresacar". 

No queremos terminar el repaso de la prensa sin hacer una referencia a la descuidada titulación de una crónica de sucesos publicada el martes en La Nueva España. ¿Desde cuando los postes de la luz son palos?, ¿lenguaje popular 
asturianés?

Es mas,
¿es relevante incluir como subtítulo que la moto apenas sufriera desperfectos? ¿Venía del concierto argentino el redactor? No estaría mal que echara un vistazo al muy bien contextualizado reflejo de ese suceso en El Comercio.

Terminamos con una de las escasas frase inteligentes que hemos escuchado esta semana. La que utilizó el ministro Íñigo de la Serna para sintetizar el rechazo del decreto de la estiba en el pleno del Congreso: “Un palo al gobierno pagado con el bolsillo de todos los ciudadanos”.

Y no vayan a pensar que el motivo del rechazo de ese decreto ha sido precisamente el disparate de las prejubilaciones a los 50 años con dinero público de unos privilegiados del sector privado. Inaceptable prebenda para una élite de trabajadores que debería levantar ronchas en nuestros representantes cuando el resto de los currantes se dirigen hacia un inexorable retraso de la edad de jubilación. Esto es lo que hay en un país sin Ley de Huelga que tiene que comprar la paz social pagando un altísmo precio.

Pues aun le parece pequeño a una mayoría de nuestros diputados. Así que, Don Íñigo, a poner mas pasta encima de la mesa para 'los pandas de Teresa Rguez.', que ya paga la ronda esa absurda forma de nadie que somos todos.






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