viernes, 13 de enero de 2017

Imaginando emes


Tras los apuntes dedicados a la efe y la e, proseguimos con la eme la búsqueda de aquello que son capaces de evocarnos las letras. Y la de hoy evoca con naturalidad montañas, así que no es raro que en la D.O. Somontano sea la encargada de poner la perspectiva norte a ese 'pie de monte' que enlaza el valle del Ebro con el Pirineo.

Algo de nieve presenta incluso una de las cumbres de la marca noruega de equipamiento deportivo Missing Link. Un logo de tipología similar al de Aramon, sin acento lo escriben, que es la marca de la montaña aragonesa que encomienda su identificación a un monograma creado superponiendo una A a una M. 

Los accidentes orográficos que da nombre al estado de Montana estaban presentes en la eme de su arts council que, sin embargo, hace ya algún tiempo que ha sustituido ese logotipo por otro más colorido.

Cumbres encadenadas para formar una sierra de redondeces graníticas imaginamos en la Federación Madrileña de Montañismo. Y en su escuela de alta montaña también es una M la encargada de poner a prueba la destreza del escalador puesto a prueba.



Para escarpada la representación de su inicial que hace la marca Marmot, pero el que ha llevado la simbología montañera de la letra de hoy al extremo es el Hotel Montarto de Baqueira Beret que incorpora hasta una decena de ellas en su logotipo. Ese establecimiento toma su nombre de la cima propiamente llamada Montardo (2.833 m) que es una de las más conocidas de la comarca pirenaica en que se ubica.



Unas montañas interpretaban el papel de la eme en logotipo de la marca turística que utilizó Rumanía hasta el año 2010. Y en la Isla de Mauricio todavía es así, pero con el cometido a cargo de una muy específica. Aunque la montaña Pieter Both no es la más alta de la Isla de Mauricio, tan solo la segunda, el logotipo turístico de esa república enclavada en el Océano Índico deja claro que ella es la representada. Y es que la marca colocada sobre la eme no es caprichosa, se trata de la representación de la curiosa cima de ese monte que les mostramos con detalle debajo.


Como inicial que es de la palabra metro, la simbología de ese medio de transporte está plagada de emes que habitualmente no aportan ulteriores significados. La letra que utiliza el de la ciudad china de Nanchang se nos antoja montañosa, pero no hemos visto que sea una ciudad rodeada de cumbres significativas. Si tienen algún conocido por allí no duden en pedirle su parecer.

Inconfundible es, sin embargo, la evocación del Teide en la marca del metro de Tenerife, que es de los llamados ligeros. Al igual que el de Málaga, una ciudad manifiestamente rodeada por montañas, aunque no estamos muy seguros de que su logotipo pretenda ponerlo de manifiesto.

Aparte del parentesco que la eme del metro de Tenerife tiene con el símbolo de la empresa japonesa Atari, también nos trae a la memoria el antiguo símbolo de la Banca March. Cuan apropiado logotipo habría hecho para cualquier empresa eléctrica esa también torre de refrigeración que el banco de origen mallorquín sustituyó en 2014 por una interesante representación en negativo de la letra.

Volvemos al concepto del metro de Málaga para constatar que los 'logotipos-muelle' no son tan infrecuentes. Se han utilizado para representar dobles emes o combinaciones eme-ene, pero también caben otras variantes como la WM de World Movies. Y si ustedes quieren ver la Sierra de Madrid en el del reconvertido SIMM, ahora Momad Metrópolis, dense el gusto, aunque seguramente no fuera esa la pretensión del diseñador. En esto la imaginación es libre.



La organización norteamericana Meals on Wheels se dedica a servir comida a domicilio apersonas mayores que viven solas. En 2015 la agencia Duffy & Partners creó para ella un monograma con simetría central que evoca a los voluntarios equipados con sus wheels en forma de carrito. Este símbolo comparte el que creemos es récord de longitud de este tipo de logotipos con The National Museum of Western Art de Tokyo (NMWA) que es capaz de 'embutir' cuatro letras con similar desarrollo.


Si de explotar afinidades con otras letras se trata, la Comunidad de Madrid sacó partido de que una eme girada 90° se convierte en la sigma griega que la matemática utiliza como símbolo de los sumatorios. Y así es como representa el lema "La Suma de Todos".

También es interesante el hecho de que en numerosas tipografías la M se convierte en una W al girarla 180°. Aunque hay variados ejemplos de uso de esa propiedad, uno de los más brillantes es el de la marca New Man que explota ese juego con tres letras.



Otro logotipo reversible más sencillo formalmente emparentado con la tipología muelle que hemos visto antes es el del corredor automovilístico australiano Mark Webber

La 'Ms. Foundation for Women' fundada en 1972 es una de las ongs más importantes de Estados Unidos en el terreno de la defensa y promoción de la mujer. En 2013 adoptó un logotipo que explota las capacidades rotatorias que acabamos de ver para convertir su inicial en la de woman. Pero como puede comprobarse con una tipografía que invita a no perder de vista que se trata de una eme.

Y para completar todas las rotaciones múltiplo de 90° adjuntamos también el logotipo adoptado en 2008 por la cadena de televisión Animal Planet con una muy criticada eme acostada de poco claro significado.


Una eme girada de la forma que acabamos de ver también puede interpretarse como un tres, como ocurre en el símbolo de Atresmedia, la cabecera empresarial de antena 3 que construye ese logo con triángulos evocadores de la inicial de su nombre.

Otra eme convertida en 3 es la de la marca Starbury, una contracción del nombre de su creador Stephon Marbury. Este jugador que pasó por cinco equipos de la NBA, entre los que en alguno como los Celtics no pudo lucir el dorsal número 3, para terminar su carrera en la liga china, creó esa marca con el objetivo de ofrecer un producto, sencillo pero barato, inspirado por las dificultades que sufrió en su adolescencia para comprar calzado deportivo. Lo que no se le puede negar es el compromiso con su marca que compagina su dorsal e inicial en un símbolo que también recrea en negativo la “star” de su apellido. Y es que la lleva tatuada en la cabeza.



Es habitual representar la eme con tres palotes, y con esa configuración el giro produce una E, una combinación que ha tentado a diversas marcas, aunque en el caso de la desaparecida Euromutua los tipos tenían dimensiones diferentes. Hoy en día es significativo el uso que dan a ese juego los vinos de Enrique Mendoza o la en español poco agraciada marca MEO de Portugal Telecom.

La eme también puede convertirse en ola, como ocurre en el hotel y casino de Las Vegas Mandalay Bay que convierte en bahía un nombre que toma de la ciudad que fuera capital de Birmania y actualmente es la segunda mayor población de ese país. Pero lo cierto es que está situada bien al interior, así que utilizarla para dar nombre a una bahía es una de tantas trampillas del marketing. A su lado, la marca Milano de equipamiento para gimnastas evoca las formas que describen las cintas de la rítmica.
  

En la ciudad (stadt) alemana de Meissen la eme inicial se convierte en representación de la coronación de las torres de su catedral, mientras que en el Museo de Arte de Sao Paulo (MASP) esa misma letra se nos hace una perspectiva de la apretada serie de torres que cercan ese museo. Más evidentes son las edificaciones con las que construye su logotipo la compañía inmobiliaria cotizada (socimi) Merlin Properties.


Las proporciones tienen su importancia, porque pocos serán quienes vean una eme en la recreación de un templo egipcio que sirve de entrada al Zoo de Memphis, pero convenientemente redimensionada aporta una bastante obvia inicial del nombre de la ciudad de Tennessee al logotipo de ese equipamiento.


En un tejado se convierte la inicial de la Mutua de Propietarios, mientras que en la marca alimentos de Segovia son dos vanos del famoso acueducto los que hacen el papel de la eme, como era un doble arco monumental el encargado de equivalente tarea en el logotipo creado por Milton Glaser para la ciudad de Rímini. No recordamos si llegó a tener uso, porque falla en que el arco famoso de esa ciudad, el que está incluso presente en su escudo, es el de un solo vano dedicado al emperador Augusto. El que marca el punto final de la Vía Flaminia que unía esa ciudad adriática con Roma.


Arquitectónico es también e monograma de la 'Réunion des Musées Metropolitans' (RMM) de Rouen-Normandie que integra dos emes y una erre en tan solo tres arquerías.

Nuestra letra de hoy asímismo tiene facilidad para ejercer de corona, como ocurre en la marca de cuberterías Meneses nacida en Madrid en 1840 como platería que, desde los años noventa, es propiedad de la empresa Gernika Cubiertos y Menaje (GCM). Otro ejemplo más relevante es el de la aerolínea británica Monarch. Debajo puede verse el aspecto que tenía la corona en los primeros aviones de esa compañía fundada en 1967.


No es difícil colocar unas alas en una eme, y así lo hizo el Montepio Geral portugués con su simbólico pelícano que hoy en día luce en pareja en un modernizado logotipo.

En la marca de moda urbana Matix la inicial pone cuerpo a una muy americana águila, mientras que el fabricante de confitería japonés Morinaga se convierte en el ángel que tradicionalmente ha lucido la simbología de esa empresa funda en 1899. La que introdujo en Japón los dulces de estilo occidental cuando Taichiro Morinaga retornó a su país tras emigrar a San Francisco.


Como ala de mariposa encontramos una M combinada con una B en la Fundación Mario Benedetti, mientras que la organización dedicada a la conservación de las mariposas monarca Monarch Watch forma su simbólico ejemplar con sus iniciales M y W.



También tenemos animales terrestres, como el venado del equipo de hockey sobre hielo Michigan Stags que en 1975 abandonó Detroit para convertirse en los efímeros Baltimore Blades  desaparecidos esa misma temporada. Para representar su simbólico ciervo, los Stags buscaron una perspectiva en la que solo se veían tres patas del animal para poder recrear así la inicial de la ciudad donde jugaban.

Lance Wyman encontró en 1981 una alternativa menos artificiosa para convertir un caribú en el símbolo del Zoo de Minnesota (más detalles del completo sistema de comunicación diseñado). 



Otros ejemplos de emes inspiradas en el reino animal son el elefante del fabricante italiano de cerraduras Meroni, el mamut de la empresa de transportes especiales Mammoet (la que por, ejemplo, hace poco ha colocado en su sitio el nuevo edificio de contención de Chernobyl) o el del vodka Mamont. Ya se ve que cabe perspectiva frontal y lateral, como la que también utiliza la ong Elephant Family para construir la sílaba mi.


Basta agregar la cabeza para que la eme nos ayude a construir seres humanos, como el de las pruebas deportivas Ironman o el que utilizaba como símbolo la banda de música Madness (¡un paso adelante!).



Proseguimos con la cadena de mueblerías francesa Monsieur Meuble que presenta a su inicial cómodamente recostada. Después de anclar su mente con esa visión quizá también encuentren alguna no pretendida humana interpretación, cierto que microcéfala, en el símbolo de la firma hawaiana de consultoría urbanística Munekiyo Hiraga. Si es así, sepan que no deben ser los únicos porque lo cierto es que acabaron por sustituir ese logotipo. Junto a las dos versiones del mismo puede verse una eme que se convierte en materno acomodo para un bebé en el muy rebuscado monograma de la IAIM (International Association of Infant Massage).


Por su parte, la McGrath Foundation australiana ha pasado recientemente de la eme-abrazo a la evocadora de un corazón. Pero lo cierto es que tras la be, es la letra que hoy nos ocupa la que más veces vemos convertida en corazón en los logotipos. Añadimos un puñado de ejemplos.


No es el corazón la única parte de la anatomía humana que se ha visto convertida en eme. Milmakers son unas galletas cuyo fabricante proclama, también gráficamente, que están especialmente indicadas para quienes está dando el pecho. Y Sex Humor fue una revista argentina lanzada en 1984 que durante quince años explotó la comercial pero difícil fórmula de presentar el sexo desde una visión humorística. Muy coherente esa eme con el producto que vendía.


En combinación con otras letras, la de hoy tiene cierta tendencia a convertirse en mano. Como hacía en compañía de una be para componer un guante béisbol que fue el símbolo del equipo de béisbol Milwaukee Brewers entre 1977 y 1993. Un diseño del estudiante universitario Tom Meindel que fue proclamado ganador del concurso al que concurrieron más de dos mil propuestas.

En el caso del logotipo de la tienda on-line de tipografía Myfonts es una y griega la que se combina con la eme para crear otra mano, esta ya con todos sus dedos. Otro monograma-símbolo es el de Teléfonos de México en el que se recrean las formas de un modelo de clásico de receptor. A su lado puede verse como la compañía china Cheetah Mobile compone con sus iniciales las formas del felino del que toma su nombre.

Las mismas letras con las que Teléfonos de México crea un anticuado receptor le sirven a la compañía Adidas para dar forma a una canasta representativa del deporte en el que ha triunfado Tracy McGrady jugando con el dorsal número uno que no falta en ese símbolo. Y si al comenzar veíamos montañas en el monograma de Aramón otros tanto ocurre en el que forma con las mismas letras la marca de material deportivo Mountain Athletics.


Así que la letra de hoy puede ser un abrazo, como hemos visto anteriormente, o también un apretón de manos. Del mismo modo que es capaz de albergar una satánica cabeza como hace para la marca de calzado Mephisto, convertirse en bandera, perfilar un sobre o ejercer como gráfico explicativo de unos datos. Este último al oportuno servicio de una sociedad francesa de medición de audiencias.



Vamos a finalizar con una pareja de monogramas que hacen una ingeniosa representación de la actividad de sus propietarios. Por un lado vemos como el fabricante de guitarras norirlandés McIlroy encontró en las formas de las guitarras que construye una excelente representación de las letras iniciales de su apellido. Y a su lado la oportuna disposición de las iniciales del gastroenterólogo alemán Michael Bach creado por la firma Josef Stapel Design que le valió un premio Wolda.


Verdaderamente polivalente la eme que hoy hemos visto con muy diversas simbologías en más de sesenta marcas.





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