sábado, 1 de octubre de 2016

Palabras de la 39ª


El neologismo de la semana del Centro Virtual Cervantes nos llega nada menos que desde la Universidad Prefectural de Aichi (Japón). Desde tan lejano lugar se ocupa María del Carmen Méndez Santos de la palabra sobreoferta que el español ha incorporado imitando la construcción inglesa oversupply.

Ello cuando otros idiomas vecinos han recurrido a lingüísticamente menos económicos sintagmas como offre excédentaire (francés), excesso de oferta (portugués) y offerta eccessiva o eccesso di oferta (italiano). Coincidimos con la autora en que parece un término destinado a quedarse a vivir en nuestro habla, así que al Diccionario con el cuanto antes. Máxime ahora que anuncian el de la Academia como nativo digital (ir a la noticia), lo que no sabemos si comporta la deseable publicación "en caliente" de las actualizaciones.

En cuanto a la ilustración de la palabra vamos a permitirnos aportar una alternativa con un poco de dramatismo tomada tras las explosiones que en 2015 sacudieron la ciudad de Tianjin (mas detalles).



Curiosamente, El Confidencial se ha ocupado esta semana del kabe-don que da nombre en japonés a una intimidatoria práctica que es de todo punto imposible importar a nuestras coordenadas culturales. Aquí rayaría el ilícito penal.

El artículo, aunque tiene el detalle de citarlo y enlazarlo, es una traslación del videográficamente mas documentado reportaje publicado en 'Libération' por Agnès Giard. Si se defienden en francés vayan directamente al original por medio de este enlace.

La única adaptación posible que vemos factible para ese término formado a partir de la palabra pared y el sonido resultante de golperla, el sonoro don, es aplicarlo a la típica forma de protestar ante un vecino ruidoso. Nos parece que la adjunta ilustración se aproxima mejor a lo que sería por aquí ese 壁ドン.

El artículo que citamos tiene el interés lingüístico de recorrer algunos otros términos del lenguaje japonés que no tienen contrapartida en las lenguas de occidente. Dejando a un lado variantes del kabedon como el semidon, que en la versión española del artículo nos hurtan que significa “kabedon del grillo”, o el penetramuros kabezubo, son curiosas las denominaciones de los roles de los maniquíes de un café que ofrece la intimidatoria experiencia en versión robótica. Ahí encontramos el 'asananajimi' (el amigo de la infancia que revela haber estado silenciosamente enamorado desde siempre), el 'tsundere' (el varón frío y distante que de repente se declara) o el 'sotsugyô' (el que quiere cortar la relación; pero ni siquiera la antropóloga francesa tiene muy claro de que va).

Entender la cultura japonesa no es empresa fácil, así que ya agradeceríamos que la profesora de Aichi dedicara sus artículos a palabras en las que su inmersión en la misma aporte mayor valor. Aparte de cuanto pueda aclararnos sobre el citado 'sotsugyô', ¿qué tal un próximo artículo sobre, pongamos por caso, otaku?

Como última nota neologística, destacar el neveréndum acuñado por Inés Arrimadas para el que definió como "referéndum que parece la historia interminable".

La formación de palabras compuestas con términos tomados del inglés es una tendencia imparable. También la hemos visto utilizada con fines comerciales por la empresa Codorniú para crear la marca Codornew (gracias por el apunte JA). Pero menos nos gusta que el lema también curse en idioma extranjero.



Nos vamos al suplemento Verne en el que para su penúltima entrega de la serie Abrapalabra seleccionaron 11 palabras con la Y. Curioso el uso que damos a yatrogenia, un término que etimológicamente significa creado (genos), o si se quiere causado, por el medico (iatrós). Y es que a pesar de que su definición como “alteración, especialmente negativa, del estado del paciente producida por el médico” deja la puerta abierta a un uso positivo, tiene la peculiaridad de utilizarse siempre en sentido negativo.

Formaría parte, por tanto, de la familia de vocablos que podríamos llamar vangalianos, ya saben, por el de “siempre negativos, nunca positivos”. A ver si se les ocurren mas. No serviría buenismo porque su etimología no es ambivalente, es netamente positiva, y en ese caso lo que hay es una sistemática apelación a la ironía.

A un blog de origen asturiano la yugada, espacio de tierra de labor que puede arar una yunta en un día, le trae inevitablemente a la cabeza el di de gües (día de buey; en propiedad de una pareja de ellos) que es una medida de superficie, muy variable según las zonas, cuya equivalencia mas frecuente son 1.250 m². Baja productividad la del quebrado campo asturiano cuando la yugada mas usual es el doble. Ahora bien, lo de esas yuntas del Diccionario académico que aran 32 hectáreas en un día (véanlo vds. mismos) es para hacérselo mirar. A ver si algún alma sensata corrige esa evidente confusión entre áreas y hectáreas que los wikipedistas ni se atreven a enmendar en sus artículos. Cuanto respeto a la docta, pero falible, Academia.

Yogar es una buen incorporación a la colección de palabras peligrosamente ambiguas, porque es hacer “mansión en un paraje”, ¡tela con el redactor de turno!, y también “holgarse, particularmente cuando media acto carnal”. Potencialmente follonero el ocasionalmente follador vocablo.

El citado suplemento del diario El País también ha publicado un artículo titulado “Deja que te explique qué es el mansplaining en el que se incluye como espléndida ilustración de ese anglicismo el cuadro 'The Holdout' de Norman Rockwell. A ver si otros se enteran de que no es necesario caer en ocurrencias, como el supuesto humor negro que esta semana parece pretender Luis Demano. Y muy interesante la reflexión final del autor del artículo sobre el metamansplaining en que podría estar incurriendo. Por nosotros puede estar tranquilo porque no apreciamos que concurra el tono paternalista requerido para que así fuera.

Fundéu nos propuso el lunes algunas alternativas a benchmarking: análisis comparativo, evaluación comparativa, aprendizaje comparativo o, según el contexto, (establecimiento de) puntos de referencia. Nos da que le queda larga vida al anglicismo.

Al día siguiente se aplicaron a explicar las diferencias entre hispanismo y españolismo, para transitar el ecuador de la semana laboral enseñándonos a escribir correctamente petrodólar.

El jueves un poco de gramática para que no quede duda de que la locución no cabe duda requiere el uso de la preposición "de" antes de la conjunción "que".

Y para cerrar la semana propusieron sanidad electrónica y salud electrónica como alternativas al anglicismo e-health que muchas veces es sustituible por el semánticamente algo mas restringido término telemedicina. Una e-palabra que habíamos pasado por alto en la relación incluída en el pasado apunte "Letras que se bastan como adjetivo (2ª  parte)".

No queremos dejar de dar cuenta de un eufemismo que se ha visto esta semana en diversos periódicos. ¿Vds. saben qué es una agresión sexual grave?, ¿lo que solíamos llamar una violación? No es que nos interesen mucho los detalles morbosos de lo ocurrido en la Mercè, pero ¿no es de tontos escribir para que no se entienda?


Ya en la recta final, reseñar que en el Laboratorio del lenguaje del Diario Médico hemos encontrado una interesante entrada dedicada a dos medidas de tiempo poco convencionales: los aproximadamente diez meses que van “de higos a brevas” y el año menos una semana que transcurre “de Pascuas a Ramos”. Y ayer mismo añadían un apunte sobre el "cupping" en la que no abordan, sin embargo, la cuestión de cómo denominar al tratamiento realizado con ventosas. Así que vamos a volver a postular la ventosaterapia que ya proponíamos en el apunte Palabras de la semana 32ª.

Y vean que es una práctica que ya ha llegado incluso a las viñetas humorísticas. La que sigue es de Ben Jennings y fue publicada el 9 de agosto en The Guardian



Si se han quedado con ganas de mas lectura puede seguir este enlace a la detallada explicación realizada esta semana en Abc sobre el bélico origen de la palabra bicoca. Uno asunto que nosotros hemos tocado muy por encima en el apunte "Diez batallas epónimas".







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