jueves, 27 de octubre de 2016

Museo del Aire de Madrid (III): algunos detalles


Mucho han tenido que fijarse en la imagen del autogiro C.30 incluída en el pasado apunte sobre el Museo del Aire para advertir el emblema de la Maestranza Aérea de Albacete que luce. Así que hoy mostramos con mayor detalle esa quijotesca pieza y la acompañamos con otras divisas aeronaúticas basadas en el personaje cervantino. Significativamente la de Ala 14 con base en Los Llanos (Albacete) que vemos en la esquemática versión que lucen sus aviones y también en la original que sirve de base a los parches textiles de los uniformes.



Pero aun hemos encontrado un Quijote más en nuestra visita, el emblema de un Fiat CR-32 "Chirri" del Grupo 3-G-3 que está reproducido en la pared del Hangar 2.

Entre los numerosos "parches" textiles que puede adquirirse en la tienda del museo vamos a señalar que también nos ha llamado la atención el de las relaciones públicas del Ala 15 con un Tío Gilito en el típico gesto apuntador del Tío Sam. Con lo que aquí nos gusta ese cliché al que tenemos dedicado un buen puñado de apuntes.


Una de las piezas más vistosas de la colección es el hidroavión Consolidated PBY Catalina que tan destacado papel tuvo en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. El expuesto pertenece a la versión PBY-5A, una variante de la 5 que fue la primera que tuvo carácter anfibio al ser equipada con un tren de aterrizaje de ruedas.

A pesar de su pintura, este no es el solitario aparato de esta clase que sirvió en el Ejército español. El que lo hizo fue un PBY de la USAF que el 7 de julio de 1943 (el museo lo fecha en 1942) aterrizó por error en Sidi-Ifni, ciudad del entonces Sáhara español que el piloto confundió con Agadir. La nave quedó "internada" y en 1949 fue puesta en servicio con destino inicial en la Escuela Superior de Vuelo de Matacán y, después, en el 51 Regimiento de Hidroaviones de Pollensa, aunque debido a su mal estado, hacía agua, estuvo basado en Son San Juan para poder mantenerlo en seco (fuente revista Defensa). En 1954 resultó dañado en una salida de pista y fue desguazado.

El expuesto en Cuatrovientos es de procedencia chilena y fue entregado al museo en 1996 por la empresa Saesa que lo había utilizado en la lucha contra incendios.


La siguiente imagen pertenece al auténtico 74-21 en vuelo. Fue tomada cuando aún no lucía sus numerales y nos sirve para poner de manifiesto como el del museo está desprovisto de las torretas de armamento. Una consecuencia de su adaptación a la lucha contra incendios. Obsérvese también la diferente cola.


Vamos con otro detalle curioso. Una imagen anterior a su último restauración pone de manifiesto como lucía una sexy pieza de "nose art" con el rótulo "Bubbles"que ha desparecido tras los trabajos de repintado conluídos el pasado mes de agosto.


Es comprensible la supresión de ese detalle una vez que se ha optado por pintarlo con los colores de nuestra aviación, y es que esta no tiene la tradición de incluir ese tipo de pícaras decoraciones, no digamos ya en un avión utilizado durante la dictadura.

Pero sí que hay en el museo un ejemplo de ese tipo de ornamentación en el Light Miniature Aircraft LM1 de inequívoco origen norteamericano que se exhibe en el Hangar 5.

 

Vamos ahora con un curioso caso de réplica de una réplica, porque el museo expone una bicolor versión del Fokker DR-1, el avión del famoso piloto alemán Manfred Von Richtofen. Pero como bien se detalla en la placa explicativa, la colección contó hasta 1992 con uno de los cuatro aviones que fueron construidos en 1975 para la película "Barón Rojo" que, sin embargo, resultó destruido en el incendio que arrasó el Pabellón de los Descubrimientos de la Expo 92 un par de meses antes de la inauguración de la muestra sevillana (enlace a la noticia).


Así que el expuesto es una reconstrucción de aquella réplica realizada en 1994 por la asociación "L´Amicale J.B. Salís" que, eso sí, la dotó con un motor original Clerget. Pero ese azul celeste que han combinado con el identitario rojo del barón no acaba de convencernos, es más, nos parece bastante poco acertado ¿Tiene algún fundamento histórico? Comparen su aspecto con el de la colección del Deutsches Museum de Munich que hemos colocado junto a estas líneas.


No podemos dejar de añadir, ya para fnalizar, que quizá sería mejor que empezaran el texto explicativo con la palabra réplica, como en la versión inglesa, porque el personal lee hasta donde lee, y eso cuando lee. Como ejemplo de esos vicios mostramos un pecado, y no diremos el pecador, para preguntarnos sobre el Canadair que cierra el apunte, ¿de donde sacarían en el blog en que hemos encontrado esa imagen que sirvió en Correos?

Homenaje a los colegas blogueros más imaginativos




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