jueves, 28 de julio de 2016

Zoónimos de marca (IX): paronimias, siglas e idiomas


En la entrada anterior sobre zoónimos-marca veíamos como "La vache qui rit" nació a partir de la «Wachkyrie», una burlesca paronimia de les valquiries, las valquirias de la mitología germánica. Anteriormente también habíamos comentado que las tiendas de origen danés Tiger toman su nombre de la semejanza con la palabra «ti'er», una contracción de «ti kroner» (10 coronas, aprox. 1,5 €).

La apelación a la similitud fonética es un recurso que también está detrás de otras conocidas marcas como la omnipresente Whatsapp, la petrolera kuwaití Q8 o las hamburguesería Arby´s, pero deben quedar para otro día porque hoy estamos con nombres de animales. O casi.

Y es que cuando el nombre de la marca no tiene un significado específico pero guarda parecido con el de algún concepto significativo no es tentación menor buscarse el símbolo por aproximación.

Al finalizar la Primera Guerra Mundial el veterano de guerra polaco Jacques Spreiregen fundó un negocio de fabricación de gorros y boinas al que por acronimia dio el nombre de Kangol: K de knitting (tejer), ANG de angora y OL de wool (lana). Cuando años más tarde buscó un símbolo para su marca decidió que lo más próximo era un canguro, y ese fue el escogido.

GEICO es una aseguradora norteamericana fundada en 1936 por Leo Goodwin y su esposa para ofrecer protección a los empleados del gobierno federal, un público objetivo que consideraban mejor riesgo que la media del mercado. De ahí que el nombre de la compañía sea un acrónimo de Government Employees Insurance Company, aunque hace ya mucho tiempo que atiende a todo tipo de público. Y a falta de mejor asociación con ese nombre decidieron escoger como símbolo un ejemplar del parónimo saurio conocido como gecko o, en español, geco, que es el habitual protagonista de sus campañas publicitarias. 


Los lectores veteranos quizá recuerden que el caso de Geico ya se citaba en la 3ª entrega de la serie de apuntes titulada "106 siglas y 14 acrónimos" publicada en setiembre de 2013.
En el primer artículo de la misma también se citaba el caso de los los fondos de inversión cotizados conocidos como SPDR, una sigla formada a partir de su nombre completo que es Standard & Poor's Depositary Receipts. Y como la sigla puede leerse de forma similar a la palabra spyder (araña) no dudaron en adoptar uno de esos insectos como símbolo.


En aquellas entradas también se citaban algunas otras siglas coincidentes con nombres de animales, ahora ya de forma estricta, que hacían uso de la imagen de la criatura resultante. En la 2ª entrega encontrábamos la exitosa sigla Ave de la Alta Velocidad Española, mientras que en la  dábamos cuenta de los imponentes gatos que lucen los autobuses del servicio CAT (Central Area Transit) de la ciudad australiana de Perth.



Veíamos en ese mismo apunte los CIGALES (Clubs d'Investisseurs pour une Gestion Alternative et Locale de l' Epargne Solidaire) las agrupaciones de inversores de capital riesgo galos denominadas con el nombre que nuestros vecinos dan a la cigarra.

Y también mencionábamos entonces al “Servidor de Apontadores Portugueses”, un buscador de internet creado en 1995 en la Universidad de Aveiro. Como sus siglas ya eran utilizadas por la conocida empresa alemana SAP, decidieron incorporar una letra más de la última palabra para formar Sapo. Un nombre que más adelante fue convertido en marca por la empresa Portugal Telecom incorporando a la misma la imagen del anfibio. Y hemos advertido que ha cambiado de aspecto después de aquel apunte.



Volvemos a las paronimias porque una marca poco conocida que nos parece interesante es la del quiosco internetal Magpile. Este forma su nombre por composición de magazine pile, o sea una pila o motón de revistas. Muy descriptivo de su actividad. Y una denominación que resulta ciertamente parecida a magpie, el nombre que reciben en inglés las urracas. Así que su símbolo no podía ser sino una de esas inteligentes aves a la que se dotó de un oportuno pecho en forma de libro. Ingenioso.

Veíamos en el apunte anterior como "La vache qui rit" sostuvo una dura pugna con otros congéneres y, en particular, con "La Vache serieuse". Pero la búsqueda de semejanzas con las marcas líderes es un fenómeno bastante frecuente. Unas veces se imita el nombre, otras la imagen, ya vimos como la china Crocodile se apropió del prestigio del símbolo de Lacoste, y en ocasiones ambos. Y ello dejando al margen algunas de las desternillantes ideas de los falsificadores, muchas veces basadas en el uso de anagramas, en las que no procede entrar hoy, pero vamos a dejarles un enlace.

Un interesante ejemplo "legal" de identificación con el líder es el programa de intercambio de archivos informáticos P2P llamado emule. Este nació como alternativa a su predecesor edonkey (electronic donkey, o sea, burro electrónico) que pronto fue relegado en las preferencias de los usuarios por ese otro miembro de la familia equina.

Ya tenemos anotado otro día que la polisemia está en el origen del nombre del antivirus Panda nacido por iniciativa de una "panda" de amigos vascos. Y de una polisemia multilingüística sacó partido la aerolínea italiana Air One. Un nombre que en inglés significa "aire uno" evocando con ello al avión del presidente de los Estados Unidos. Pero en italiano airone, todo junto, símplemente significa garza. Y ese ave es la que muy oportunamente utiliza como símbolo la compañía. Ingenioso, máxime cuando este fenómeno de los dispares significados en diferentes idiomas de una palabra, o en este caso un calambur, habitualmente no trae más que disgustos. Les debemos un apunte sobre eso.



Hay zoónimos de marca difíciles de reconocer como tales por hacer referencia a especies poco conocidas. Este es el caso de la variedad de pato del que toma su nombre la marca Eider, o por utilizar términos en desuso como ocurre con la editorial Abada. Pero es la habitual falta de traducción de las marcas la que suele acarrear más problemas interpretativos. Y ello es lo que tantas veces nos hace agradecer el uso de símbolos. Cuando estos faltan, ocurre lo que en el caso de la Vespa en el que no son tantos quienes son conscientes de que esas populares motos toman su nombre de las avispas. Una vez sabido, hasta se adivinan las antenas del insecto en el logotipo.



Pero no hay que tomarse las cosas al pie de la letra, porque hay algún raro caso en que el símbolo no se corresponde con el nombre. Ese es el caso de la aerolínea de las Islas Caimán que tiene el no especialmente imaginativo nombre de Cayman Airways. Pero la imagen de marca que utiliza es una variante con flameante bufanda de Sir Turle, el símbolo informal de ese pequeño país caribeño que toma su nombre de la abundancia que allí encontraron los exploradores del género de cocodrilos también conocidos como yacarés. 



Al margen de los casos de Outils Wolf o John Deere ya vistos en la primera entrega, hay algunos otros símbolos de marca basados en apellidos que pueden alertarnos sobre nuestro desconocimiento de otras lenguas. Así ocurre en el caso del primer conglomerado industrial de Turquía llamado Koç por el apellido de su fundador que significa carnero en turco. 

Haas es liebre en alemán y ese es el animal que aparece en el logotipo de la empresa austriaca de repostería fundada por Edward Haas, el creador de los famosos caramelos PEZ. Springer, por su parte, es un editor de publicaciones científicas fundado en Berlín en 1842 por Julius Springer cuyo apellido coincide con el nombre que recibe en alemán el caballo del ajedrez.

Un ejemplo tomado del llamado tercer sector es el logotipo de la fundación de Michael J. Fox. dedicada a la lucha contra la enfermedad que padece el popular actor. Adicionalmente, la marca de equipamiento para motociclismo Fox también debe su zorro al apellido de su fundador Geoff Fox.




Ya al margen de los apellidos de los fundadores, nos viene a la mente el caso de la cerveza Tusker, muy popular en varios países de África.Esta utiliza como denominación la palabra con la que se denomina en swahili a los grandes elefantes. Un recuerdo dedicado a George Burst, uno de los fundadores de la compañía que la produce quien murió a consecuencia del ataque de uno de esos poderosos proboscídeos.

En tailandés elefante se dice chang (ช้าง) y ese es el nombre de la cerveza que lidera el mercado en ese país y es muy popular en el sudeste asiático. 


Y ya metidos en elefantes y marcas aquí poco conocidas, también vamos a señalar que el nombre del prestigioso fabricante de termos japonés Zōjirushi significa "marca del elefante" como bien trata de explicar su logotipo.


Más les sonará el pegamento Uhu, pero este producto no utiliza ningún símbolo que nos alerte de que ese es el onomatopéyico nombre que el alemán da al búho real. Parece que August Fischer la escogió en 1932 siguiendo la costumbre entonces vigente de utilizar nombres de aves en las marcas de artículos de papelería. Recuerden Pelikan.


El búho nos recuerda, ya en relación con las cada vez menos conocidas lenguas clásicas, como hemos hecho referencia en otro momento a la empresa de servicios Eulen que lleva el nombre griego de la lechuza. Un ave que da nombre a la herramienta de búsqueda de la Fundación Gustavo Bueno, filósofo de quien les enlazamos un artículo en el que diserta sobre la frecuente confusión entre búhos y lechuzas como símbolo asociado a la diosa Minerva. Adéntrense con paciencia que es texto de catedrático de filosofía.

Y tampoco serán tantos quienes adivinen la relación de la desaparecida marca Pelargón de Nestlé con la mítica cigüeña a la que la leyenda hace traer a los niños. Pero el nombre de la primera leche infantil comercializada en España tras la guerra civil es un término admitido en el diccionario como denominación genérica de la "leche en polvo para consumo infantil" que, precisamente, deriva del nombre griego de la cigüeña (pelargós).





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