martes, 26 de julio de 2016

El vaso medio vacío, el medio lleno y el cargado de anfetas


Resulta pintoresco encontrar dos valoraciones tan distintas de un mismo hecho como las que ayer publicaban los dos grandes, ma non troppo, diarios asturianos. Vean el dispar reflejo de la escala realizada en Avilés por un barco de crucero:



Lo de la fantasía de LNE hace referencia, como apunta la entradilla, a la celebración del festival sobre novela fantástica y de terror "Celsius 232". Un nombre que es el resultado de adaptar a nuestro centígrado sistema de medida el título de la novela Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Y probablemente ya sepan que esa es la temperatura de autoignición del papel. En realidad una media escogida por el autor, porque, dependiendo de los tipos, la cifra puede moverse en una horquilla de unos 20 ºC.

Lo malo es que después de tanta apelación a la fantasía en el titular, luego el periodista Pablo Antón va y se descuelga en el cuerpo de la noticia con que el festival atrajo a decenas de aficionados. Estuvo cicatero el plumilla, porque hemos visto alguna foto y para centenares ya daba la cosa. Pero así no se llena Avilés por mucho que se esfuerce el menos de un millar de cruceristas cuyos efectivos, además, decidieron en parte dirigir sus pasos a otras ciudades asturianas. Sabido es que la oferta de excursiones programadas es una parte sustancial del negocio de los cruceros.

Les dejamos también el enlace al texto publicado en el diario gijonés para que vean el disgusto que tenía una comerciante avilesina. Y ello porque los visitantes se empecinan en negarse a llevar para casa un queso perfectamente envasado al vacío en porciones cortadas a su mayor conveniencia. El sueño de todo crucerista, como es bien sabido.

Nos tememos que alguien ha vendido al comercio local una moto que ni carbura ni carburará.

Sobre este asunto tan solo añadir que ya nos hemos ocupado de la función del Centro Niemeyer como esporádico atraque de cruceros en la entrada "Que un mal dato no estropee una bonita maquetación", mientras que la génesis de ese complejo arquitectónico fue objeto de nuestro apunte de 2013 titulado "El regalo".

Vamos con lo de las anfetas. Y es que nos resistimos a creer que ni siquiera una de esas neoestalinistas mentes que pululan por La Sexta pueda haber producido el siguiente titular sobre al visita de Gloria Gaynor a una escuela valenciana sin ayuda de la química.

enlace al video; la noticia se desarrolla a partir del min 28:30
La cosa va de que la cantante fue a un centro educativo valenciano a ver la coreografiada interpretación de su mas famosa canción. Y pudo verse como alabó el trabajo de chavales, profesores y padres, pero de la escuela pública no dijo ni mu. De hecho su twitter tiene varios retuits sobre ese evento pero ni un solo mensaje propio.

Pues la locución sextina nos largó cosas como que la cosa fue "un cántico a favor de la enseñanza pública" o que [Gloria] "ha estado allí para apoyar personalmente la reivindicación de sus alumnos". Si les place vean el video del "hit" (aquí hay materia para Fundéu) y ya nos dirán si encuentran tal reivindicación.


Por cierto, ¿ustedes ven en peligro la escuela pública como para que haya que inventarse estas defensas? Porque a nosotros esto de vivir en permanente campaña electoral con gentes agitando falsas amenazas nos parece un rollo.


Ahora bien, los que son unos fenómenos son los promotores del concierto que ayer daba la Gaynor en Valencia. Y es que tiene su mérito conseguir que una cantante de la que el común de los mortales solo conoce una canción que escaló hasta la cima de las listas hace ya casi cuarenta años, consiga hacerse un hueco en los noticiarios nacionales de todas las cadenas justo antes de una actuación que no sabemos que tal iba de ventas. Y ello por mas que luego, en alguna de las teles, la cosa cayera en manos del de las anfetas.








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