sábado, 14 de mayo de 2016

Palabras de la semana 19ª con acertijos gráficos



Vamos a comenzar reconociendo que no acabamos de sintonizar del todo con los responsables del Martes Neológico del CVC. Esta semana fue burbuja inmobiliaria el objeto de su ya habitual reivindicación de ingreso en el diccionario. Eso cuando ya está recogida como cuarta acepción la correspondiente al "proceso de fuerte subida en el precio de un activo, que genera expectativas de subidas futuras no exentas de riesgo". ¿De verdad creen que es necesario explicar que significa eso seguido del adjetivo inmobiliario? Con el criterio que propugnan menudo tochaco de diccionario que acabaríamos por tener. Ya puestos, menos evidente es lo de la burbuja puntocom que igual todavía nos depara algún nuevo episodio. Y lo mismo ocurre, por ejemplo, con "chiringuito financiero".

En todo caso lo que sí nos recuerda D. Víctor Ruiz Aldana es que el término bubble se usó por primera con significado económico en 1720 en Inglaterra con motivo de la crisis de la Compañía de los Mares del Sur. Y somos nosotros quienes vamos a recordar que antes hubo otras burbujas avant la lettre como la muy pintoresca acaecida en los Países Bajos en el siglo XVII que fue conocida como Tulipomanía.

Nos vamos a Fundéu para comenzar reseñando que arrancaron la semana recordándonos que el programa Erasmus se escribe con mayúscula por aplicación de los criterios de la Ortografía de la lengua española sobre acrónimos de nombres propios de cinco o más letras. Curiosa delimitación. Sin embargo, cuando erasmus pasa a designar a los estudiantes que disfrutan de esas becas se considera que se ha lexicalizado y lo apropiado es, por tanto, escribirlo en minúscula y sin comillas. También nos recurdan que el significado de este "aprónimo" es European Region Action Scheme for the Mobility of University Students (Plan de Acción de la Comunidad Europea para la Movilidad de Estudiantes Universitarios). Un asunto este de los "acrónimos intencionales" o "aprónimos" (término construido por analogía con el inglés apronym formado a partir del francés "a propos") sobre el que algo tenemos escrito en un antiguo apunte.

El martes la cosa fue sobre el uso de los sufijos -fobo y  -fóbico, mientras que al día siguiente se resaltaba que tanto omóplato como omoplato son acentuaciones válidas de los huesos también conocidos como escápulas. Del latín scapŭla, 'espalda', luego un típico caso de sinécdoque que da a una parte el nombre del todo.

El jueves su atención se centró en la escritura del término au pair con el que se alude a las personas que realizan un trabajo doméstico a cambio básicamente de alojamiento y manutención. Nos dicen que procede escribirlo con en minúscula y en cursiva por tratarse de un extranjerismo, y cada vez mas un eufemismo añadimos nosotros, porque hay que ver donde ha quedado aquel significado original de “a la par”.


El propio jueves hubo un segundo apunte dedicado a la correcta escritura de El Rocío, mientras que ayer viernes también hubo doble entrada. La primera dedicada a recordar, ahora que el Papa anda valorando algunas reformas, que diaconisa está en el Diccionario desde la primera edición de 1732. Y la segunda para recomendar la expresión adopción de hijastros en vez de el anglicismo stepchild adoption que nosotros no hemos ido utilizar a nadie en su sano juicio. ¡Cuanta tontería!

El suplemento Verne sigue con sus listas de palabras en desuso que esta semana han sido las comenzadas por la e. Entre ellas está encalabrinar que curiosamente también es objeto de una entrada en el Laboratorio del Lenguaje del Diario Médico con cita quijotesca incluida (enlace). Ese mismo blog también nos explicó el pasado domingo el significado de la denominación aedes que recibe el género de los mosquitos que transmiten enfermedades tan de actualidad como el zika. Y resulta que su étimo griego ἀηδής (aedés) símplemente significa molesto o desagradable. Muy apropiado. Y curiosa la paronimia con aedo, "cantor épico de la antigua Grecia".  ¿Harían juegos de palabras?


un desafortunado esplín
Volvemos a las palabras comenzadas con d para criticar la ilustración de Luis Demano, porque no pillamos muy bien esa un pelín gore metáfora gráfica de la forma de melancolía que llamamos esplín. Con la que está cayendo en asuntos de violencia de género contra menos parejas decapitadas colemos en los subconcientes, mejor. Y eso cuando ya saben que aquí no somos precisamente apóstoles de lo políticamente correcto. Porque miren que entretanto hay un montón de abajofirmantes montando un follón porque no está claro si el pedazo semental que van a meter en el escenario del Teatro Real quiere ser actor o no. Una tremenda violencia según una cierta peña que asimiló mal el comportamiento humano de los animalicos de las películas de Disney y anda rondando el jainismo sin saberlo.

Lo que nosotros no tenemos claro es si ello será consecuencia de un exceso o carencia de eudemonia'el estado de satisfacción debido generalmente a la situación de uno mismo en la vida'. Nuestra palabra favorita de esta semana que claramente merece mas uso en estos tiempos en que no paramos de topar con gentes encantadas de haberse conocido, no digamos en la política.

Precisamente hoy que Alfredo Relaño se ha descolgado en su columna deportiva en As con un cebollinaje que no habíamos oído antes.


Para quienes no hayan dado con la solución al acertijo gráfico plantado el jueves, vamos a terminar insertando nuevamente la imagen de Adam Lister, pero ya sin alteración alguna. Una muestra del poder de algunos pequeños elementos de información. Un asunto al que hace casi ya tres años dedicamos el apunte "El poder de un pixel".


Añadimos una segunda pieza para continuar jugando, pero advertimos que esta, nuevamente, viene con una pequeña trampa.






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