domingo, 6 de marzo de 2016

Avalancha de síndromes y alguno en busca de nombre


Alcanzado en el apunte de ayer el recomendable límite de las mil palabras, decidimos desistir de incluir algunos otros vocablos que hemos descubierto esta semana. Y es que las noticias de Antena 3 del pasado jueves incluyeron una breve referencia a síndromes como la llamada vibranxiety, la percepción de falsa vibraciones del teléfono provocadas por la ansiedad que, según leemos (aquí), estaría emparentada con las sensaciones del miembro fantasma que sufren los amputados.

También hubo menciones a la whatsappitis que hasta tendría su propio síndrome de abstinencia asociado a la llamada nomofobia y la selfitis, la obsesión por hacerse selfies. Esta no es una enfermedad catalogada  por la prestigiosa Asociación Americana de Psiquiatría como se lee, a veces, por ahí. Se trata de una mera compulsión que solo es grave cuando media el empeño de ejecutar peligrosas rarezas para plasmarlas en imágenes que pueden convertirse en un tanto oximorónicas mortales inmortalizaciones (leer mas sobre ellas).

Una tipología de trastornos que parece que cada vez son mas frecuentes son los llamados dismórficos corporales (TDC). Estos designan la exagerada preocupación por algún defecto, ya sea real o imaginado, percibido en las propias características físicas. Y hemos descubierto que podría tener una variante sufrida por quienes tienden a pensar que sus imágenes son manipuladas para disimular defectos, cuando ello no es así. 

Esta misma semana el diario El País publicó una carta abierta dirigida a Lena Dunham, con obsequio de una suscripción anual incluida, para informarle de que la foto de portada del suplemento Tentaciones sobre cuyo photoshop se había quejado la americana en su Instagram, no había sido sometida a retoque alguno. O sea, que se trataba de la misma imagen del fotógrafo Ruven Afanador publicada en 2013 por Entertainment Weekly sin que mediara queja alguna por su parte.

Sea por el incentivo de la oferta de suscripción o no, el caso es que la creadora de la serie Girls se ha disculpado públicamente (enlace) por mas que siga albergando alguna duda de que esos sean sus auténticos muslos.

Mujer, igual hace tres años te cuidabas un poco mas, no te empecines con la imagen que hayas podido ver en el espejo por la mañana. Hasta podrías tener la promocional suerte de que le pongan a esa especie de alucinación el nombre de "síndrome de Lena Dunham" o símplemente "lenadunhismo". Y eso que a nosotros, tan impenitentes como faltos de éxito neologistas, nos gustaría mas fotoalucinaciones. Ya se verá en que queda la cosa.





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