miércoles, 9 de diciembre de 2015

Animales que prestan su nombre (X): un poco de geografía


Hay etimologías animales ciertamente ocultas. No es fácil adivinar la presencia del oso en el nombre del continente Ártico, pero lo cierto es que esa denominación tiene su raíz es la palabra griega arktos (αρκτος) que significa oso. El origen está en que se trata de una referencia al animal que se identifica con las constelaciones que señalan el norte: la Osa Mayor y la Osa Menor. Por oposición, la región del planeta situada bajo el lado contrario de la bóveda celeste es la "sin osos", la Antártida o continente Antártico en la que, curiosamente, no habita la especie que llamamos polar o blanco. Pero eso no era conocido cuando se acuñaron las denominaciones de esas regiones de la Tierra.

El país llamado Sierra Leona tampoco forma parte del hábitat natural de los leones africanos que le dan nombre, así que hay diversas teorías sobre el motivo por el que el explorador portugués Pedro da Cintra bautizó ese territorio en 1462 con el nombre de Serra Leoa. Lo que sí conocemos es que fue el idioma español el que se encargó de introducir una ene en el nombre que ha pasado a ser Sierra Leone tanto en inglés como en francés. 


Tampoco hay leones en la Península de Malasia en cuyo extremos sur se ubica la ciudad-estado de Singapur cuyo nombre deriva de la palabra malaya Singapura que significa "ciudad de los leones" (singha es león y pura, ciudad). La leyenda dice que el origen está en la fiera, muy probablemente un tigre, un felino que sí habita esos territorios, que avistó el príncipe de la antigua ciudad indonesia de Palembang llamado Sang Nila Utama cuando arribó a las costas de la isla entonces conocida como Temasek. Pero al parecer un asistente le informó de que el nombre de aquel animal era singa, así que, quien sabe si por ignorancia de un edecán (tigre en malayo es harimau), fue el león quien se abrió camino hasta el nombre. En el escudo se ha buscado una solución de compromiso utilizando ambos felinos como soportes, pero, como ya hemos comentado en uno de los apuntes dedicados a las mascotas de 2015, son los leones los habituales elegidos para desempeñar ese papel representantivo en el pequeño país asiático.


El origen del nombre de Camerún también es portugués puesto que fueron los activos exploradores de nuestro vecino país quienes en el siglo XV bautizaron ese territorio como río dos Camarões (río de los camarones). Y es que el actualmente conocido como río Wouri destaca por la abundancia de ese crustáceo en las aguas de su estuario.

El caso de Mali es mas discutido porque aunque lo cierto es que el nombre del país coincide con el que reciben los hipopótamos en la lengua bambara, que es la que habla el 80% de los habitantes de esa nación, hay quien sostiene que se trata de una mera homonimia. Añadiremos que su capital Bamako significa en esa misma lengua "lugar de cocodrilos".

Por su parte Costa de Marfil es notorio que toma su nombre de la materia constituyente de tan solo una parte, ciertamente que la mas apreciada, de la anatomía de los elefantes. Una mercancía que fue objeto de intenso tráfico en esa parte de África.

Si descendemos un peldaño en la jerarquía territorial ya encontramos numerosísimas denominaciones de origen animal, así que para no acabar vestidos de lagarteranas (que adivinarán viene de lagarto) nos limitaremos a reseñar un par de casos insulares.

En el de las Islas Canarias  nuevamente hay teorías discrepantes sobre el origen de ese nombre. Con todo, la mas aceptada es que las islas tomaron su nombre del territorio continental africano situado frente a ellas cuyo denominación tendría el origen que explica Plinio el Viejo en el tomo V de su "Naturalis Historia": "los que habitan los montes próximos llenos de elefantes, fieras y toda clase de serpientes, se llaman canarios porque comen lo mismo que ese animal (can) y comparten con el las vísceras de las fieras" (1).

No seremos nosotros quienes enmendemos la plana a Don Plinio porque, aparte de tener reflejo heráldico a través de unos autóctonos bardinos o majoreros que actúan como soportes del escudo canario, esa explicación crea un delicioso vínculo entre perros y canarios. Y es que pocos discuten que esas canoras aves reciben su nombre de las islas también llamadas Afortunadas donde son endémicas al igual que en el resto de la llamada Macaronesia de la que también forman parte las Azores. Pero ojo, que el nombre de estas últimas seguramente no es un zoónimo porque los especialistas descartan la presencia de esas rapaces en las islas cuando llegó a ellas su descubridor oficial Diogo de Silves. Así que el nombre de ese archipiélago probablemente derive del color azul que en dialecto genovés es azzorre.

El segundo territorio insular al que queremos hacer referencia son las Islas Galápagos que forman parte del territorio de Ecuador. Fueron descubiertas en 1535 por el obispo Tomás de Berlanga y recibieron ese nombre por la abundancia de tortugas gigantes a las que dieron el nombre de galápagos. Y ello fue así porque su caparazón recordó a los exploradores españoles las formas de las sillas de montar que reciben ese nombre.
 

También cabe recordar que, en sentido inverso, las referencias territoriales no son infrecuentes en las denominaciones de animales. Tal es el caso de los conejillos de indias que en inglés son cerdos y, además, de Guinea (guinea pigs), y no digamos ya si entramos en razas de perros (spaniel, afgano, pastor alemán, pekinés,...) o gatos (angora, siamés,...).

Pero también hay todo un país que da nombre a un ave, aunque solo sea en el idioma inglés. En esa lengua el pavo (turkey) comparte nombre con Turquía por acortamiento de la inicial denominación turkey-cock (gallo de Turquía). Y es que a mediados del siglo XVI, cuando esas aves americanas llegaron a Gran Bretaña tras su introducción en Europa por los descubridores españoles, el Imperio Otomano estaba en todo su apogeo. De ahí que los británicos tenían una cierta propensión a vincular los productos exóticos con ese territorio aunque no procediera. Por ello, la calabaza y el maíz que, como es sabido, también proceden del Nuevo Mundo, era entonces denominados al otro lado del Canal pepinillo turco y trigo turco respectivamente.

Y quien sabe como cold turkey, pavo frío, ha pasado a denominar en inglés el mono resultante de intentar dejar las drogas "a pelo". Un doble sentido que no está del todo claro en la canción de John Lennon que lleva ese título, pero superado ya el aconsejable límite de las mil palabras nos vemos obligados a dejar esa historia para otro día.



(1) "qui proximos inhabitent saltus, refertos elephantorum ferarumque et serpentium omni genere, Canarios appellari, quippe victum eius animalis promiscuum iis esse et dividua ferarum viscera"





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