martes, 29 de septiembre de 2015

El puente del por si acaso


Ya sabrán que iba a llamarse de “La Pepa”, pero finalmente ha sido bautizado con el más formal “Puente de la Constitución de 1812”. Nos referimos a la imponente creación del ingeniero Javier Manterola inaugurada el pasado jueves en Cádiz. Una estructura que tiene hasta su propia web.

Como parece que se está imponiendo el soso nombre, impropio del gracejo andaluz, de "segundo puente", vamos a lanzar nuestra propuesta de “Puente del por si acaso” o, más coloquialmente, “el porsiacaso”. Y eso que tenemos que reconocer que no es fácil conseguir que cuaje un tetrasílabo.

Salvado que la mejor solución para dotar a la ciudad de Cádiz de un nuevo acceso seguramente era un túnel, vamos a dar por buenas las dificultades que nos dicen planteaba la ubicación de la rampa de acceso en el poco espacio disponible en el casco urbano de la ciudad. Pero no nos parece fuera una dificultad insalvable, aunque fuera ganando algo de terreno al mar, si realmente hubiera habido ganas de optar por esa discreta y eficaz solución (la ciudad cuenta con otros dos accesos para tráficos que no sean aptos para un túnel).


Así que se recurrió a un puente que primero iba a tener 50 m. de gálibo libre (altura máxima del barco que puede navegar por debajo del mismo) y luego se elevó hasta 69 m., con el consiguiente encarecimiento. Esto lo convierte en el puente marítimo de mayor gálibo vertical del mundo después del Verrazano de Nueva York (69,5 m). Por delante del Golden Gate de San Francisco (67,1 m) ¡Que entre en la bahía de Cádiz lo que no entra en la de San Francisco!

Pero no les pareció bastante a los gestores del astillero público Navantia que, aunque nunca ha construido un barco de tales dimensiones, lo juzgaron insuficiente. Así que requirieron que, “por si acaso”, la nueva estructura contara con un tramo desmontable. Cierto es que uno de los motivos aducidos fueron los crecientes requerimientos de los cada vez mayores generadores eólicos marinos, pero diríase que quieren sacarlos de la bahía plantados. Pues ni este poderoso argumento decantó la solución hacia un túnel.

Lo que no podemos decirles, porque no lo hemos visto publicado, es qué parte del encarecimiento de más de 200 millones que ha sufrido esta obra se debe a esa graciosa concesión, pero no será despreciable. De lo improbable que se considera que algún día haya que recurrir a ese desmontaje de la pieza de 150 metros y de más de 4.000 toneladas de peso, una maniobra que inutilizaría el puente durante un par de días, da idea de que el coste de esa operación se cifra en 2,5 millones de euros e implica el dragado de la zona. Tomamos apuestas de que nunca se hará.

Tramo desmontable del Puente del Porsiacaso
No debemos a pasar por alto que Navantia cuenta con otras instalaciones en Ferrol y Cartagena para atender posibles encargos monstruo. Además, las chimeneas y otros elementos especialmente sobresalientes pueden colocarse después de pasar el puente. Cuando no se dispara con pólvora ajena se aguza el ingenio. Vean, por ejemplo, como resuelve el crucero Norwegian Dream el problema de exceder el gálibo admisible en el Canal de Kiel. Ahí hay un armador que sabe que no utilizar esa vía navegable le costaría mucho dinero.


Pero, como decíamos, cuando encima de jugar con dinero ajeno se ejerce con la sensación de ser rico no se necesita ingenio: la solución de la opulenta España son 511 millones de puente, o sea, 4.200 euros por gaditano.

Y ¡olé!



P.S.- Ahora que están poniendo de moda las consultas populares como las que se propone realizar Carmena ya nos gustaría saber que habría pasado si se hubiera plateado a los gaditanos la disyuntiva entre una paguita de 4.000 € o un puente nuevo. Alcaldesa, no pervierta la democracia.



No hay comentarios:

Publicar un comentario