lunes, 7 de septiembre de 2015

Cuando la inspiración procede del arte LXVIII: Calder


Uno de los contados artistas cuya obra ha sido recreada en tres portadas de la revista The New Yorker es Alexander Calder. Encontramos su famosos móviles en el número del 7 de octubre de 1972, cuya cubierta fue ilustrada por Arthur Getz, y en el del 15 de enero de 2001 que corrió a cargo de Jean-Claude Floch, más conocido símplemente como Floc'h


Como puede verse a continuación, en ambos casos las creaciones de Calder desempeñan un papel decorativo por lo que quizá sea el artista a cuya obra ha sacado menos partido esa revista. Pero hay que reconocer que no es un empeño fácil dadas las características de sus creaciones.



Otras conocidas publicaciones ya se habían anticipado en el recurso a Calder. El Saturday Evening Post llevó un móvil a su cubierta del 27 de febrero de 1965 mientras que la canadiense Maclean´s lo había hecho ya en 1952 en una ilustración de Oscar Cahén.

Pero el primer ejemplo que hemos encontrado en una revista de gran tirada está en la ilustración de un museo realizada por Stan y Jan Berenstain para el número de Collier´s del 10 de febrero de 1951.

Aunque la obra de Calder es mucho más que móviles, estos se han convertido en sus trabajos más populares así que no podía faltar uno de ellos el doodle que le dedicó el monopolístico buscador de internet el 22 de julio de 2011 con motivo del 113 aniversario de su nacimiento. El homenaje es una pequeña virguería tecnológica que permite interactuar con el haciéndolo moverse e incluso responde a los cambios de posición de los equipos dotados de acelerómetros. Puede jugar un poco con esta joyita en el archivo de doodles (y no deje de observar como también se mueve la sombra).


Curiosamente fue la revista especializada ARTnews la que se desmarcó de esas abstractas piezas y recurrió a una figurativa muestra de la obra de Calder. En el número de marzo de 2010 levó a la portada la titulada "Little Face" (1945) que, sin embargo, quizá no sea tan fácilmente asociada por el gran público con el escultor de Pensilvania

Como anticipábamos al comienzo aun hay una tercera portada de la revista neoyorquina que nos guía en la que Calder está presente. Se trata de la fechada el12 de abril de 1993 que ya hemos encontrado en la 28ª entrega de esta serie dedicada a Piet Mondrian.

La que nuevamente acompañamos es una creación del belga Benoît Van Innis para ilustrar la Pascua. Para ello recurrió a los tradicionales huevos que, en número de 16, evocan otros tantos artistas plásticos. Una auténtica prueba de conocimiento del arte moderno. En cuanto resolvamos un par de dudas haremos una entrada específica, pero en el caso del “huevo de Calder” es patente la afinidad con la obra “Un Universo” (1934) del MoMa neoyorquino.


Si la obra de Calder se limita para muchos a los móviles, menos conocida aún es su obra pictórica. Sin embargo, es uno de los pocos artistas que ha tenido ocasión de pintar todo una avión, mejor dicho dos, y además es el primero que acometió un empeño así.

La desaparecida compañía Braniff creó en 1973 un programa de colaboración con el artista llamado "South America with flying colors" (un juego de colores entre el literal "colores voladores" y el habitual sentido figurado de superar algo con mucho éxito) para decorar un avión de su ruta sudamericana. Ello se plasmó en la presentación a finales de ese año del primer modelo pintado según el diseño de Calder que colaboró personalmente en la decoración de las góndolas de los motores. En 1975 fue pintado con su diseño dedicado al Bicentenario de Estados Unidos un Boeing 727 que también puede verse a continuación.


Solo la muerte del artista en noviembre de 1979 impidió la incorporación de un tercer modelo llamado "Saludo a México" en el que estaba trabajando cuando falleció. Finalizamos con unas imágenes de un prototipo del inacabado diseño que hemos encontrado en este enlace en el que pueden obtener amplia información sobre aquellos singulares trabajos.






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