martes, 28 de abril de 2015

Los buenos tienen que ser los nuestros


Aventurado salirse de la línea unánimemente adoptada por los medios de comunicación en el asunto Carrascosa que, afortunadamente, parece a punto de alcanzar un final feliz. Bueno, si es que así puede calificarse el que llega después de un encarcelamiento que ha forzado una larga separación de esta madre de su hija. Pero por deseable que sea el que parece inminente desenlace, no se entiende muy bien la acrítica posición adoptada por los informadores patrios que se diría temen que la verdad pudiera empañar tan emocionante historia.

Para muchos la cosa se reduce a un encarcelamiento injusto por la simplista razón de que la justicia norteamericana es la mala y la española (que le había concedido la custodia a la madre), tan criticada en otras ocasiones, esta vez sí que es la buena. Así que pocos son los periodistas que se han molestado en aclarar que esta señora básicamente fue encarcelada por desacato de las decisiones tomadas por los tribunales de Estados Unidos, el país donde tanto ella como la niña residían cuando se inició la disputa matrimonial. 

No vamos a enredarnos con los detalles de un caso que distamos de conocer a fondo aunque está bastante documentado, cierto que en versión de una sola de las partes, en la web creada por su exmarido. La información está parcialmente traducida al español en otra web, la de la asociación Projusticia constituida por algunos de quienes se consideran perjudicados por el sesgo promaterno que en esto se gasta habitualmente la justicia española. No verán ahí mucha lindezas sobre esta señora, como tampoco encontrarán en la prensa los enlaces que acabamos de insertar.

Nosotros hemos descubierto su existencia símplemente recurriendo a consultar la noticia en algunos medios extranjeros (no americanos, por cierto). Estos también destacan, por ejemplo, que el exmarido a quien Carrascosa incluso acusó de tratar de envenenarla  (ver crónica de 2009 en El País) dirigió un escrito al tribunal tratando de favorecer la reunión de madre e hija. ¿Por qué parece que aquí molesta facilitar esa relevante información?

En fin, alegrémonos de que se resuelva tan traumática situación, pero permitámonos también dudar de que haya triunfado la verdad, por mas que bastante castigo ha recibido la hipotética impostura, y envidiemos la firmeza con que la justicia USA hace cumplir sus decisiones.

Desigual combate el de la razón contra la emoción.


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