martes, 23 de diciembre de 2014

Que parezca que hacemos cosas

Dábamos inicio a este blog el 14 de enero de 2013 con un apunte dedicado al cambio de logotipo de la ciudad de Oviedo. Y casi dos años después seguimos echando en falta los característicos ángeles que dan nombre a la cruz que es el símbolo de nuestra ciudad. Una medida de la que, como suele ser poco edificantemente habitual, no nos han hecho las cuentas. Y no deben ser menores porque la cosa ha conllevado partidas presuntamente onerosas como el repintado o, en ocasiones, “pegatinado” del parque móvil municipal.

Ahora el furor que muestra nuestro alcalde en relación con los cambios de imagen se ha dirigido hacia los autobuses urbanos. Tras una larga historia luciendo los colores blanco y azul característicos de la ciudad el regidor ha tomado la decisión de que pasen a ser negros. Con lo que se agradecen los toques de colorido en este no especialmente luminoso rincón norteño. Que otras virtudes tiene, ¡oiga! El caso es que pocos autobuses negros se ven, no digamos urbanos. A ver si no va a ser por casualidad.

Este hombre aparte de mostrar una cierta hiperactividad sobre asuntos, ciertamente nada prioritarios, nos da que no está muy bien asesorado. A ver si algún psicólogo le explica la importancia del efecto de los colores sobre los estados de ánimo, no digamos ya sobre la seguridad vial. Que lo que necesitamos es alegría, hombre. Cuando a limusinas, a limusinas, y cuando a buses, a buses.

A ver si al menos los publicistas locales se animan y empiezan a idear algunas piezas para alegrar esas lúgubres superficies que se nos vienen encima. Nosotros vamos a tratar de inspirarles con algunos ejemplos del juego que otros han sacado a estos magníficos soportes publicitarios móviles. Para no extendernos demasiado vamos a centrarnos en un concepto: el juego que pueden dar las ruedas. El comienzo de la serie es un poco reiterativo, pero no se desanimen y sigan hasta el pícaro final.


Sobre esta última pieza tengan en cuenta que en publicidad hay pocos efectos casuales.

¿Será posible que nuestros regidores municipales dejen de hacer que parece que hacen cosas a base de gastar en lo que nadie ha pedido que se gaste y se pongan a trabajar en ideas para alegrar un poco nuestra, crisis mediante, entristecida ciudad? Respiren.

Por lo pronto la actualidad apunta que aunque celebrara sus conciertos asturianos en Gijón (1989 y 1991) igual habría sido un bonito detalle "vinilar" una temporada un bus con la imagen de Joe Cocker.




P.S.- Esperamos que en el bastante probable caso de que les traigan sin cuidado los avatares de los autobuses de Oviedo al menos se hayan entretenido. Si les apetece seguir viendo creatividades realizadas sobre este tipo de vehículos pueden continuar en este enlace o en este otro. No se pierdan el trolebús-langosta.



Adenda 26/2/15: No somos capaces de resistirnos a incluir en la colección el bus inglés desarrollado por Essex Water que tan gráficamente explica el origen de su biocombustible.




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