jueves, 4 de septiembre de 2014

Cada vez mas gazmoños

Arrancamos con un recorte de como llevó El País a su portada digital la noticia que nos proponemos comentar. El titular comparte con casi toda la prensa un severo error de descontextualización que impide entender cabalmente lo ocurrido si no se lee el cuerpo de la noticia. Les ahorramos el trabajo.

Resulta que las Dreamcheers, las animadoras que habitualmente actúan en los partidos del Barcelona, acababan de bailar en un descanso del partido del Mundial de Baloncesto entre la República Dominicana y Nueva Zelanda la canción “Una noche loca”. El estribillo de ese éxito de Enrique Iglesias repite machaconamente la frase "me gustaría pasar una noche loca contigo", así que según concluían su intervención tan vistosas mozas y procedían a despejar la cancha el encargado de realizar los comentarios por megafonía decidió parafrasear ese estribillo con un desiderativo "quién pudiera pasar una noche con una de ellas...".  Así es el oficio de speaker, hay que repentizar. Y si lo hubiera cantado como Enrique igual habría librado.

Pero no. Ese es el, para algunos, horrible ataque machista perpetrado por Carlos Olías de Lima, el animador habitual del Bilbao Basket que comentaba los partidos del Mundial de Baloncesto celebrados en la sede del “bocho”. Hablamos en pretérito porque ya ven que le ha costado el puesto. Dicen que la queja ha partido de la FIBA, pero no se ha informado con claridad de quien ha tomado la decisión.

Hace menos de una semana comentábamos como el miedo de unos investigadores a ser tildados de racistas había permitido un dilatado proceso de abusos sexuales en Gran Bretaña. Con unas consecuencias de infinita menor gravedad, ahora es el miedo de alguien a ser motejado de machista el que ha propiciado tan esperpéntico episodio. Suponemos que así se contribuye a evitar que alguien se ponga a reflexionar un poco sobre el hecho de que el único papel reservado a la mujer en aquel evento fuera enseñar el palmito para solaz de los espectadores.

Es evidente que el episodio, salvado el quebranto laboral del conocido como “Charly”, es bastante intrascendente, pero no lo es en absoluto el discurso subyacente: cuidadito con lo que dices que las consecuencias pueden ser terribles. Censúrate, o sea, cuídate de utilizar exclusivamente frases admitidas en el neocatecismo de lo políticamente correcto. 

Cada época tiene sus valores, pero mutatis mutandis, no estamos tan lejos de actuaciones de la Inquisición por motivos que hoy nos parecen risibles. Por muy complacidamente que vivamos rodeados de cachivaches que calificamos como inteligentes vamos camino de no ser mucho mas libres. 


Una recomendación final ajena a lo tratado: no se pierdan el articulazo de José Luis Puerta sobre la Universidad española en El País de ayer.

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