jueves, 7 de agosto de 2014

¡Qué triste!


- Que la única forma de que algunos medios hablen de la labor de los religiosos españoles en África sea que alguno se infecte con el virus que conocemos con el fluvial nombre de Ébola.


En cuanto a la aparatosa repatriación, son interesantes las consideraciones que hace Ángel Viñas i Aliau en El Confidencial donde plantea preguntas como ¿cuántas vidas podrían salvarse en Monrovia (Liberia) con los millones (aquí se pasa) que cuesta un avión medicalizado, los equipos necesarios para atender a los infectados y el aislamiento que será preciso en los hospitales que los acojan? ¿Qué podrían hacer en esas zonas esas mismas ONG's con todo ese dinero?

Reseñable también que no se haya dignado comparecer para contárnoslo, a pesar de haberse reincorporado a su despacho, una de las Ministras con menos competencias, y por tanto trabajo, del Europa.

- Tener que escuchar al diputado-tertuliano Carmona utilizar la primera persona del plural para hablar de “los españoles que nos acostamos con ansiedad sobre si mañana tendremos un puesto de trabajo….” (tertulia “Al rojo vivo” 6/8/14). ¡Qué indecencia retórica! Prototipo de los demagogos que sobran en la política española. A ver si a falta de que realmente llegue a experimentar esa ansiedad al menos conseguimos retirar gentes así de la política.


- Que “los recortes” se hayan convertido para la llamada oposición en el mantra que todo lo explica. Sirva como ejemplo que no hay incidente hospitalario digno de salir en la tele que no sea culpa de los famosos recortes. Vaya esquema de pensamiento tan cómodo.


Lo más penoso es que con tanto presupuesto dedicado a educación, no se haya conseguido que el común de los ciudadanos entienda algo tan elemental como que un país no puede vivir gastando sistemáticamente mas de lo que ingresa. Si esto no se comprende, ¿qué sentido tiene andar liando a los chavales con las integrales?

Y la factura para los que vienen detrás: ¡vaya canallada! (sí, nos repetimos) Lo malo es que luego los paganos se dejan seducir por quienes les dicen que la solución es no hacer frente a esa deuda que han dado en llamar ilegítima. Lo que no les cuentan es el enorme precio que tendría esa decisión. Va ser necesario implantar un minierasmus en Argentina para que los tentados por el populismo mas necio vean que hizo 
lo que alguien brillantemente definió como “democracia para perezosos mentales” de un país que tuvo un nivel de vida puntero en el mundo. Recodemos que son de los que decidieron, repetidamente además, que no pagar era la solución.


- Que partidos y sindicatos sigan pensando que la Justicia es la única responsable de limpiar sus casas.


- Que, en definitiva, nos haya caído encima un personaje tan poco dispuesto a liderar la necesaria regeneración como Mariano. Y las alternativas para llorar.



Menos mal que hace un precioso sol ahí fuera.



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