sábado, 16 de agosto de 2014

Portadas veraniegas (III): el bronceado


Por mucho que los médicos se pasen el día alertando sobre los peligros del sol, el bronceado sigue siendo el signo externo por excelencia del veraneante. Si no se vuelve moreno no queda claro que se ha estado de vacaciones. Y las revistas que hicieron del costumbrismo la seña de identidad de sus portadas no dejaron escapar este cliché que ya encontrábamos en 1935 en la cubierta de..., los lectores veteranos seguro que lo adivinan, “The New Yorker“. Una ilustración de William Galbraith Crawford que utilizaba esa bien visible circunstancia para distinguir al veraneante recién llegado. La ilustración es de William Galbraith Crawford. Cuatro años más tarde una imagen conexa servía para justificar el primero de los escasos y siempre muy discretos desnudos que han llegado a la portada de ese semanario, en este caso obra de Julian de Miskey.

 


Conceptos muy similares al de la primera ilustración de hoy han podido verse posteriormente en el número de julio de 1946 del Saturday Evening Post ilustrado por Constantin Alajalov (el también autor de un buen número de portadas para The New Yorker) o en el de agosto de 1956 de la revista John Bull. Esta publicación británica todavía volvería sobre la cuestión en una escena ya ambientada fuera de la playa en la que enfrentaba a los que llegaban con los que se iban.

Debajo las versiones de Punch en ilustraciones de Dickinson ( junio 1974) y Heath (27/7/1983)

 
  

En España fue el popular TBO la publicación que se sirvió de este cliché. Y lo hizo de la mano de Josep Coll, en un formato muy en línea con la versión de Alajalov, para crear la cubierta de su extra de verano de 1974.


Los efectos indeseables del bronceado son un subcliché que se asomó a la portada de Collier´s en julio de 1935, también a la cubana Carteles en septiembre de 1940 y nuevamente a “The Saturday Evening Post” en setiembre de 1941, con una ilustración titulada “Tan Lines” obra de Albert W. Hampson.

El mismo concepto ya se había visto en el número del 3 de agosto de 1920 de la revista Judge, así como en Liberty del 14 de marzo de 1925, donde iba acompañado de un juego de palabras, práctica habitual entonces. El lema utilizado es "Back from Palm Beach", que puede traducirse tanto por "de vuelta de Palm Beach", como "espalda de Palm Beach".

 

En marzo de 1939, el Post ya había llevado a su tapa el bronceado por medios artificiales con una ilustración de Robert A. Archer que contrasta con el mucho más artificioso método que proponía Life en 1929. Mismo año en que la anteriormente citada ya había dedicado una portada a los peligros del exceso de insolación. Así es que no podemos sino declarar al Post como la revista campeona de las portadas dedicadas a los efectos del sol.



Finalizamos esta bronceada entrada conuna ilustración de Henry. Fournier para el número del 20 de agosto de 1932 de La Vie Parisienne y otra de Jack Rickard para la satírica MAD que tan brillante uso ha hecho del concepto “el mundo al revés”. Véanlo aplicado al tema de hoy en el número de octubre de 1978 (una ilustración que volvería e ejercer de eportada el especial #114 de julio de 1996).

 





Adenda 30/8/14: nos habíamos olvidado de una pertinente portada de la francesa "The Stylist" que utilizaba las marcas de bronceado para diferenciar destinos vacacionales.




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