viernes, 1 de agosto de 2014

Portadas veraniegas (II): la habitual realidad de las playas atestadas


Damos la vuelta a la moneda playera para comprobar que la masificación también ha tenido considerable protagonismo en la revista que publica nuestras portadas favoritas. Repárese en la evolución del concepto comprobando en la que cierra esta primera serie correspondiente al mes de setiembre de 1932 como hace años no eran mayoría los que bajaban a pisar la arena.




Añadimos un par de variantes más que incluyen la visión de la revista británica John Bull, ¿dónde si no podía encontrarse alguien cargando por la arena una bandeja con el te?




La ilustración de portadas es un terreno repleto de repeticiones de conceptos, algún día les documentaremos más extensamente la cuestión, pero sirva como aperitivo referido al tema de hoy el siguiente emparejamiento de Collier´s (1/9/45) y “The New Yorker” (22/7/13).





Aunque en una cubierta no estrictamente referida a las invasiones playeras sino a la llegada de británicos al continente, el mismo concepto fue utilizado por la británica Punch en su número del 6 de junio de 1984. En este caso la fecha resultaba especialmente apropiada puesto que se trataba del 40 aniversario del D-day.

La problemática asociada al coche y especialmente su aparcamiento es una temática muy asociada al esparcimiento playero que se plasma de forma magnífica en el protagonismo que recibe el area dedicada al mismo en la ilustración del número de agosto del 69. Un concepto estrechamente vinculado con ese fastidioso momento de ir a buscar el coche en peno bajón del fin de la jornada de esparcimiento que tan bien reflejó Leonard Dove en la portada de setiembre de 1950.



No conviene perder de vista que las masificaciones veraniegas no solo están en la arena como bien nos recuerdan algunas otras cubiertas de la revista neoyorquina.





¿Hemos dicho veraniegas al referirnos a las masificaciones? Garrett Price puso de manifiesto las concomitancias entre el esparcimiento de invierno y de verano en una portada de febrero del 54, mientras que hay otro buen número de casos que focalizan el problema en los deportes invernales, lo ilustramos con un par de ejemplos.




Volvemos a la playa para mostrar una brillante reinterpretación de la famosa foto “Alzando la bandera en Iwo Jima”, uno de los clichés más utilizados en las portadas de las revistas (otro apunte justificativo que les debemos). Hoy no vamos a recorrerlo, pero sí a recordar a través de las dos publicaciones que han recurrido a versiones playeras como parece que quien prueba repite. Así ha ocurrido tanto en “The New Yorker” como en el tripitidor “Der Spiegel” (la conquista playera ilustra la pregunta “¿De quién es Mallorca?” que se acompaña con el subtítulo “Españoles contra la germanización”; una cuestión que se planteaba en Alemania en agosto del 99).




Les documentamos los otros ejemplos de uso del famoso icono bélico en las dos revistas que lo han aplicado a la conquista de un lugar en la playa.




Cerramos con un concepto que merece alguna ulterior reflexión, la creciente masificación vip (quizá más bien wannabe) que tan brillantemente se representa en la ilustración de Maira Kalman de agosto del 2000. La contraponemos con un delicioso ejemplo de una muy dispar busca de la exclusividad que debemos a Garret Price. Queda a criterio del lector decidir quienes podrían estar disfrutando más
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