jueves, 17 de julio de 2014

Tenemos mas sirenas y una observación para la Real Academia


En el pasado apunte “Una sirena con taconazos” nos centramos en dos cabeceras de revistas para ilustrar ese mito. Vamos a completar hoy la serie de la “Vie Parisienne”con otros dos ejemplares y todavía nos dejamos alguno más del que no hemos encontrado una reproducción con una mínima calidad visual.

En el número de la izquierda (agosto de 1916) la dama parisina está mostrando a la sirena cuales son sus armas de seducción: las piernas (este vez la cosa no va de zapatos)
Antes de seguir con imágenes de tan seductoras criaturas tenemos que dejar constancia de lo ridículamente puristas que pueden resultar en ocasiones nuestros académicos de la lengua. Y es que en esto de las sirenas resulta muy llamativa la precisión que hace la definición del Drae en el sentido de que “algunos” artistas representan impropiamente estos seres con torso de mujer y parte inferior de pez. Así nos lo dice la docta casa:



Sin entrar en mayores disquisiciones sobre lo que es propio o impropio, lo que resulta innegable es que la imagen de las sirenas ha sufrido por influjo de la confusión medieval con las nereidas un fuerte cambio desde las iniciales descripciones de la mitología griega como híbrido de mujer y ave. Y así es que hay idiomas como el inglés o el alemán que distinguen los mitos originales de los seres representados con cola de pez (siren frente a mermaid y sirene frente a meerjungfrau). Pero a los hispanoablantes, o nos habilitan una denominación para estos últimos, o tienen la amabilidad de quitar el impropiamente de la definición.

Una de las sirenas aladas más famosas es la representada en una pieza de cerámica ática del siglo V a. C. que se exhibe en el Museo Británico, pero en España también tenemos en el Museo Arqueológico Nacional la interesante “Sirena de Canosa” que en una observación somera, sin fijarse en sus piernas, bien podría confundirse con un ángel. Esta es una de las diversas figuras funerarias que se conservan que fueron utilizadas en la antigüedad para desempeñar un papel de acompañamiento en el tránsito al mundo de los muertos que hay quien considera incluía alguna connotación sexual.



Sin embargo, lo de reducir al grado de “algunos” la cuantificación de los artistas que se han pasado a la versión moderna del mito parece bastante fuera de la realidad. Más bien habría que decir que hace siglos que es sumamente raro ver sirenas representadas con su caracterización clásica. Si se quiere son palabras a las que la ignorancia y confusión ha expropiado su significado, pero si el Diccionario presume de ser notario del habla real no queda sino admitir cual es el uso casi exclusivo hoy en día.

De hecho, nosotros que, modestamente, atesoramos una considerable colección de portadas de revistas, no conocemos ninguna representación que se desmarque de la simbología marina. Pasamos a documentarlo. (1)

Empezamos con una portada de agosto de 1897 de la revista alemana Jugend (la que dió nombre al jugendstil, la denominación alemana del Art Nouveau) en la que es una nereida, observen la doble cola separada, la que surge de las aguas a lomos de un monstruo. El autor de esta maravilla es Hans Christiansen.


Seguimos con la primera época de la revista Life que ya en 1905 llevó una sirena a su portada, un concepto que repetiría con cierta frecuencia como se muestra en los ejemplos que se rematan con una cubierta que ya les habíamos enseñado en el anterior apunte sobre la materia.

La primera cubierta ilustrada por Henry Hutt es de 1905 y la que sigue es de julio de 1912 (una imagen emparentada, por cierto, con un detalle monumental del Retiro madrileño). No hemos conseguido encontrar un ejemplar de la portada de julio de 1919 con unas marcas de agua menos aparatosas (1)
La primera sirena publicada en plena Guerra Mundial (abril 1917) pide al marino que tenga cuidado con lo submarinos mientras que la siguiente, ya en la posguerra (julio de 1921), luce como pie el lema "Join the Navy".


Seguimos con un trío de portadas de la revista Puck (años 1910, 11 y 12)


Y terminamos por hoy con una pareja de ejemplos de la revista Judge donde encontramos el único ejemplar masculino de hoy. Están fechadas en los años veinte y ya se ve como incluyen una escenificación de la tristeza por no poder bailar como la “flapper” de turno.


No damos el asunto por terminado.





(1) Ha costado un poco de trabajo pero finalmente la hemos conseguido

Y aun hemos encontrado otra portada de Life de 1913 que no teníamos registrada.




(1) Adenda 7/2015: llegó el contraejemplo de la mano de la revista humorística austriaca "Die Muskete" (el mosquete) en su número del 25 de marzo de 1915. La ilustración se debe a Rudolf Herrmann, artista de quien pueden ver más trabajos aquí.


Aprvechamos para añadir también la portada de Giad para el número de junio-julio de 1953 de la revista Lilliput.




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