miércoles, 16 de julio de 2014

El manifiesto de Cayetana Faes


No está de mas que personas con una reconocida trayectoria intelectual se posicionen públicamente sobre los movimientos secesionistas que se desarrollan en el solar hispano. Ahora andamos liados con el catalán, quizá porque los vascos han echado cuentas y llegado a la muy prudente conclusión de que no les corre prisa. Año que pasa, año que engorda la vaca gracias a la tan temerosa como negligente negociación del cupo por parte de los sucesivos gobiernos centrales. ¡Y todavía hay quien sostiene que Eta no ha conseguido nada! (sí, nos repetimos un poco).Con lo bien que lo explicó Arzallus con aquello del árbol y las nueces.

El caso es que acaba de darse a conocer el “Manifiesto de los libres e iguales” que, aunque inequívoco en sus peticiones, resulta bastante sosito en cuanto a la argumentación, por mucho relumbrón que le preste la presencia de Vargas Llosa como “abajofirmante” (nosotros, a diferencia del texto enlazado, lo entrecomillamos porque 
así, todo junto, no está en el Drae).

Lo malo es que en estos casos casi siempre aparece un ego que se encarga de fastidiar las cosas, porque el hecho de que la primera firmante, y por ello suponemos que inspiradora, sea la diputada del PP y Directora del Área Internacional de FAES Cayetana Álvarez de Toledo se carga de un plumazo la deseable independencia del poder político que tanto valor añade a declaraciones así. Y casi es peor que firme como historiadora, por mucho que sea doctora por la Universidad de Oxford, torpe confusión entre historiadora y doctora en historia, porque es evidente que esa es su formación pero no su profesión que antes del ejercicio como diputada mas bien ha sido el periodismo. Como tampoco ha firmado como Marquesa de Casa Fuerte, y cierto que lo es.

Sirva como ejemplo adicional de lo absurdo del criterio identificador aplicado que Jose María Fidalgo suscribe como médico y, por mucho que le apreciemos, dios nos libre de caer en sus manos en caso de enfermedad. Qué le habrá visto de inapropiado a ser etiquetado como colaborador radiofónico o agente social en la reserva. Bien podía tomar ejemplo de Eloy Sánchez Rosillo que firma como poeta y no como licenciado en filología románica, título que consiguió, además, con premio extraordinario.

Aunque como ya saben nuestros lectores mas veteranos no somos muy proclives a los melindres de la llamada corrección política, es muy llamativo el exiguo 14% de mujeres entre los primeros cincuenta firmantes publicados. Hay que cuidar esos detalles sra. promotora.

No vamos a liarnos con un análisis de lo manifestado por mas que lo merezca alguna afirmación tan sorprendente como que “el secesionismo catalán se hermana con el populismo antieuropeo” cuando parece claro que sin adhesión a Europa el proceso independentista pierde toda viabilidad.

Sí queremos señalar, ya para finalizar, lo poco apropiado que resulta el uso de un término como tacticismo (“España es hoy un Estado a la defensiva y en sus élites prevalecen el tacticismo y la resignación”) que, no solo no está recogido en el Diccionario Académico, sino que tiene un significado bastante ambiguo a fuer de ser una palabra poco consolidada. El “Diccionario del español actual” de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos indica que es despectiva y la define como el “uso de maniobras tácticas”, peros la táctica no es, a fin de cuentas, sino el “arte que enseña a poner en orden las cosas”.


Recuerden los redactores: el lenguaje en los manifiestos debe estar al servicio de la transmisión inequívoca de las ideas y de facilitar su comprensión. Esto no es ars poética, cuando a setas, a setas, y cuando a Rolex, a Rolex.

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