lunes, 24 de marzo de 2014

Tantas sentidas declaraciones y no aprendieron nada


Aún a riesgo de aumentar su empacho del revival de Transición que estamos viviendo, ¿cuántas veces han escuchado en las últimas horas lo de “puedo prometer y prometo”?, o ese bastante horrible “a nivel de calle”, vamos a dedicar unas líneas a la muerte de Adolfo Suárez. Lo hacemos, sobre todo, porque cuando casi todo el mundo se siente impelido a decir algo, cómo canta lo vacuo de tantas palabras huérfanas de hechos coherentes.

-  ¿Qué hechos Sofi?

Cuando hay general consenso en que la gran habilidad de Suárez fue su capacidad para pactar, hasta con el diablo añadiría alguno, qué poco se demuestra por la vía de los hechos la presunta admiración hacia la “magia” que impidió el descarrilamiento de la Transición. ¿Hace falta recordar cómo está siendo el chavismo sin Chávez o el castrismo casi sin Fidel? Por cierto, que este fin de semana hemos constatado que Willy sigue sin cumplir su promesa de irse a vivir a Cuba. Y es que todavía tenemos por aquí una peña capaz de hablar de provocaciones policiales. ¿Qué categoría moral hay que reputar a quienes piden que se deje en libertad sin cargos a los miembros de la guerrilla urbana que se apoderó de las calles de Madrid?

-Sofi, que te vas de tema.

- Vale, vale.

Pues si la capacidad de pactar es el gran activo en el que se sustentó la Transición, y descartado pedir a tanto bocazas que pacte una salida al enfrentamiento que está provocando la cuestión del aborto, las famosas "dos Españas" en estado puro (aunque cierto es que en cuestiones morales las gentes intelectualmente honradas difícilmente pueden acceder a los pasteleos), al menos podían comprometerse a consensuar una Ley de Educación capaz de sobrevivir a un cambio del signo del Gobierno. Un hecho inédito en la Democracia española que va para cuarentona sin cumplir el mandato constitucional de dotarse de una Ley de Huelga. También podemos meter en esta carta a los "Diputados Majos", alguno habrá, que nos traigan una política de estado de inmigración, por citar un tema de rabiosa actualidad. Y que la policía no sea abnegada cuando la diriges tu y malvadísima cuando lo hace el de enfrente.


Todo lo demás es hipocresía. No estamos seguros de que así pueda descansar en paz quien tan eficazmente trabajó por una España mejor.


P.S.- Adjuntamos una portada de "Hermano Lobo" de marzo del 76 como ayuda para ponerse en situación sobre la Transición.


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