domingo, 16 de febrero de 2014

Con 9.000 avales (o "el curioso caso del hombre que se deslicenció")


La reciente unción (¿alguien sabe por qué el DRAE etiqueta la acepción de esta palabra que estamos usando como propia de Honduras?, ¿ entienden vds. lo que queremos decir?) del candidato a liderar el PP andaluz nos invita a abandonar el tono ligero de pasados apuntes y dedicar este domingo a reflexionar un poco sobre nuestro sistema político.

Otra buena razón para ello es el preocupante proceso sobre el que nos alerta  José Antonio Zarzalejos en “El Confidencial”, consistente en la popularización de un movimiento que propugna la inutilidad del actual sistema democrático y la consiguiente necesidad de una acción popular que lo arrase. Lo del burgalés Gamonal a lo bestia, vamos. La sustitución de la aritmética electoral por las mediciones del "gritómetro", el hermano callejero de aquel aplausómetro que utilizaban algunos programas de televisión. La imposición de la voluntad de los colectivos con mayor capacidad para la movilización y el grito, que sistemáticamente insinúan, cuando no exhiben sin ningún pudor, sus capacidades para sembrar la violencia y el caos.

El problema es que la impericia de los políticos al mando sigue creando un espléndido caldo de cultivo para que esos disparates atraigan a gentes bienintencionadas a las que en otras circunstancias no se les ocurriría ni acercarse a semejantes pseudolíderes. La misma argumentación que en un plano mas civilizado está produciendo el efecto UPyD (y el increíble ascenso de los no comunistas herederos del comunismo, vaya usted a saber que es eso, ¿se imaginan España gobernada por IU?). Así que los sobrevenidos simpatizantes de Dª Rosa Díez no tienen ni idea de qué va su programa, pero se apuntan a quien fustiga mínimamente algunos vicios de los partidos tradicionales.

Y ¿cómo responde el partido del gobierno a la peligrosa deriva social que se está produciendo? Pues esta semana, mísmamente, hemos visto un llamativo ejercicio de democracia interna y de descentralización de las decisiones por el que la cúpula de ese partido ha señalado como nuevo líder andaluz, no sin polémicas de por medio, a Juan Manuel Moreno Bonilla. Sres. afiliados: ya saben a quien “tienen que” elegir.

Escuchábamos el pasado jueves una entrevista (que puede escucharse aquí) en la que el ungido contestaba a Carlos Herrera sobre este espectacular dedazo, diciendo que Mariano Rajoy había animado la presentación de otras candidaturas. Eso lo dice un tipo que en 24 horas reunió más de nueve mil avales cuando solo se necesitan noventa  para presentarse. Con esta teoría, el día que Mariano quiera estimular el consumo nos sube el IVA al 78%. ¿Se podía dejar más claro a los posibles oponentes que se abstuvieran?

Lo bueno del mecanismo utilizado es que ya tenemos una idea de la magnitud de afiliados que pretenden colocarse cuando se produzca la, por otra parte, muy deseable alternancia en el gobierno de Andalucía. Ya nos van enseñando algunos juzgados a donde conducen 30 años de ejercicio omnímodo del poder. Porque desconocedores, como somos, de las interioridades de estas sectas, suponemos que lo de avalar al seguro ganador debe ser en la meritocracia partidista el equivalente a la inscripción en el INEM que es necesario realizar antes de firmar un contrato laboral con cualquier empresa.

Si el procedimiento ha puesto de manifiesto hasta qué punto la casta que nos domina ha perdido todo contacto, no solo con la realidad ajena a ese peculiar mundo en que se han convertido los partido políticos, sino con los principios éticos básicos que han inspirado la vida en sociedad, el candidato elegido es en sí mismo un compendio de esa concepción de la vida propia de las sectas. Nada existe fuera de ellas.

Cuando no es difícil percibir que hay un clamor contra la preponderancia de los políticos de la cuna a la tumba, los que no han tenido otra ocupación profesional conocida a lo largo de sus vidas, el elegido es un prototipo de esa nefasta práctica. Y, adicionalmente, exhibe un muy dudoso currículo como no han tardado en poner de manifiesto algunos medios. Otro mentiroso profesional. Al menos no se puede decir que no se ajuste al perfil deseado para el cargo.

En la entrevista radiofónica que les hemos enlazado más arriba, nos llamó la atención la insistencia del personaje en proclamar su condición de licenciado. Eso sí, nunca dijo en qué. Puro amor a la carrera. Una reiteración tan cantosa que llevó al tertuliano David Gistau a felicitarle por ese logro académico. Algo había, ya saben lo de la “excusatio non petita”. Así que no hemos tardado en descubrir que estamos ante "el curioso caso del hombre que se deslicenció". Pueden comprobarlo en la siguiente comparativa de las fichas de este diputado malagueño de adopción, que accedió por primera vez al Congreso en representación de ¡¡Cantabria!! Parece que no había nada más lejos de su residencia ¿Por qué tanto empecinamiento en reírse de los electores?


Si quieren completar sus conocimientos sobre el despropósito del curriculum de este individuo, Secretario de Estado oiga, pueden hacerlo en este artículo.

Lo malo no es que estemos ante otro caso de flagrante mentira, peor es la catadura que revela, pero aun más descorazonador es que volveremos a ver a los dirigentes de la secta empeñados en “sostenella y no enmendalla”. ¡Con dos cojones! (y 9.000 avales).




P.S.- El mismo “sostenella y no enmendalla” está creando un gravísimo problema en Navarra, que se desactivaría con una simple destitución. Ni siquiera requiere violentar la presunción de inocencia de la Consejera de Hacienda. Basta reconocer, aunque sea con bastante retraso, que tiene que haber alguien mas idóneo para desempeñar ese cargo que una asesora fiscal. También ayudaría que la colaboradora a la que cedió su cartera de clientes no la gestionara desde el despacho del marido de la cuestionada consejera. No se cuidan ni las formas.


P.S.2.- No verá a muchos políticos valorar el 47% en que se cifra la abstención en la encuesta de "La Razón" sobre la intención de voto en Andalucía. 8 puntos mas que hace dos años. Vaya pregunta que se te escapó Herrera.




No hay comentarios:

Publicar un comentario