domingo, 8 de diciembre de 2013

Se van siete francesitas y llegan los billonarios

El septeto al que se refiere el título de hoy está compuesto por las palabras de procedencia francesa que está previsto dejen de pertenecer al léxico oficial del español en octubre del año que viene, con motivo de la prevista publicación de la 23ª edición del Diccionario de la Real Academia Española (Drae). Así es que la versión en línea ya marca con un colorado aviso de supresión déshabillé, mousse, partenaire, rouge, roulotte, tour y tournée.

A nosotros el "salto de cama" que nos proponen nuestros académicos como alternativa al déshabillé (2) se nos hace bastante menos sexy, así que en ciertas cuestiones tendremos que acostumbrarnos a utilizar un poco mas de francés, idioma que también nos presta el sugerente négligé (literalemente, descuidado). Será cuestión de seguir la afirmación atribuida a Carlos V que en unas versiones dice que el monarca utilizaba ese idioma para conversar con sus soldados (suele sustituirse por hombres) mientras que en otras se aplica a sus conversaciones con las mujeres. Con todo, la versión mas fidedigna es que hablaba con ellas en italiano. En lo que coinciden todas las variantes es en que se dirigía a Dios en español y a su caballo en alemán.


Lo de mousse nos tiene un poco mas desconcertados porque parece que ni siquiera va a proponerse la sustitución por un españolizado mus, intocable patrimonio del supremo juego de cartas practicado con la baraja española. Así que menuda cantidad de otras cartas, las de restaurante (1), que van a quedarse sin otra alternativa lingüísticamente ortodoxa que no sea espuma. Una supresión menos comprensible cuando se mantienen términos culinarios mucho menos utilizados como coulis. Así que lo correcto será decir "espuma de chocolate con coulis de frambuesas" y ya no será acorde con las disposiciones académicas un o una (es/era ambiguo) "mousse de chocolate con salsa de frambuesa" que, personalmente, encontramos menos cursi. Quizá se el fruto de un temor a que sigan proliferando en las cartas inventos como "sobre fondo de", espejo,...Vano intento, porque estos seguirán explotando que no están obligados por su definición a ser de frutas o verduras. En este punto nos asalta una duda, ¿será estrictamente correcto decir coulis de chocolate? En definitiva su ingrediente básico es un derivado del fruto del árbol del cacao, pero ¿y el requisito de que los ingredientes se utilicen en crudo?


Sobre el uso de partenaire para designar a la pareja, particularmente en los espectáculos, no cabe sino coincidir en la valoración de la decadencia de su presencia en el lenguaje habitual. Así evitamos de paso que algún currutaco pueda caer en la tentación de referirse a su partenaire de paddle. Además, podría tener el efecto positivo de arrastrar fuera del habla al feote anglicismo partner que tan poco aporta sobre la palabra socio si no es la ostentación del carácter extranjero de quienes hacen negocios con el seguramente algo pedante usuario.


Otra palabra claramente fuera de uso es rouge que, sin embargo, todavía nos dará bastante lata publicitaria por el reciclado que hacen los fabricantes de cosmética de los anuncios utilizados en los mercados angloparlantes. En estos sigue siendo una firmemente asentada alternativa a lipstick que sirve para añadir un toque de elegancia. Habrá que estar atentos al creciente uso del anglicismo gloss (brillo) con que se designa el exitoso sustituto líquido de la clásica barra de labios.

También parece bastante justa la amortización de roulotte, casi totalmente desplazada por caravana, con lo que es una palabra que no sirve mas que para desatar las especulaciones sobre la edad de un hipotético usuario. Con todo, cuando se trata de términos que han tenido amplio uso siempre nos entra la duda sobre la política seguida por la docta casa para decidir entre la supresión y la aplicación de la etiqueta desusado (desus.). Y es que no son pocas las veces en las que la razón para acudir al Diccionario son las dudas provocadas por textos ya vetustos. Así que, supletoriamente, hay que afinar con rapidez el prototipo internetal del Diccionario Histórico.

Mas arriba hemos colocado una imagen del cartel de la película de Louis de Funes estrenada en España con un calco de su título original "Taxi, roulotte et corrida" (1958). Quizá la presencia del término taurino incentivó esa conservación del título, pero no deja de ser curioso que en italiano se recurriera a un "Vacanze a Málaga" muy susceptible de adaptación española. No anduvieron finos los entonces omnipresentes guardianes de las esencias patrias. Nótese que tan sólo cuatro años antes se había recurrido a remolque para traducir el título de la película de Lucille Ball "The Long, Long Trailer"

La palabra tráiler utilizada por los americanos para denominar lo que los británicos llaman caravan entró finalmente en nuestro idioma para referirse exclusivamente a los vehículos remolcados utilizados para el transporte de mercancías. La aplicación de ese nombre a los breves avances promocionales del cine procede de que inicialmente se proyectaban al final de las películas, como si fueran remolcadas por las mismas. Esta práctica pronto fue sustituida por la exhibición al comienzo a causa de la costumbre de los espectadores de levantarse antes de que se encendieran las luces de las salas, pero para entonces el nombre ya había cuajado.

En cuanto a las dos últimas francesitas del septeto constatar que si bien tournée ha sido masivamente sustituida por gira, lo que hace pertinente la supresión, no acabamos de ver claros los motivos para hacer lo propio con la palabra tour. Es patente que se trata de un término que sigue muy presente en la jerga de los operadores turísticos aunque, ciertamente, muchas veces resulta perfectamente reemplazable por excursión, no siempre en nuestra opinión. Si de verdad se quiere ser notario (opción que compartimos) y no prescriptor del lenguaje, en este caso habría sido oportuno esperar un poco. También habría sido una buena ayuda levantar algo la vista al salir de las sesiones académicas:
Uno de los autobuses madrileños con parada cerca de la Real Academia cuyos miembros ven en desuso la palabra tour. Si al menos animáramos al concesionario a quitar lo de City.
Así como el inglés no tiene dificultad para reponer las cuantiosas bajas de anglicismos que se avecinan, quede para otros días (en plural, que es cuestión mas extensa), no tenemos noticia de que la 23ª edición tenga previsto incorporar ninguna nueva palabra procedente del francés. Podríamos haber pasado por alto algún caso porque tampoco se hace una gran difusión de los inventarios de cambios, de hecho, el último del que tenemos noticia data de junio de 2012 (enlace). Quizá sea una forma de evitar las presiones que pueden seguirse de campañas como la llamada "Apadrina una palabra en peligro de extinción" que fue lanzada con motivo del Día del Libro de 2007. Al menos sirvió para retratar a ciertos políticos: Zapatero se inclinó por patrocinar la utilización del leonesismo andancio (enfermedad epidémica leve), ya se ve que para este hombre no debe haber nada grave, menuda moderna forma de la peste negra se avecinaba, y el sin enterarse. Rajoy escogió avatares, cuentan las crónicas que lo hizo por su sonoridad, pero parece una persona a la que no debe repeler el concepto de transformarse en lo que sea con tal de seguir en el machito.

Para que no todo sea hablar de bajas vamos a traer un ejemplo de alta en el que hemos visto atentos a los Académicos, à la page, vamos. Se trata de la incorporación de billonarios y billonarias, ya se ve que hoy estamos muy policorrectos, porque con ser todavía una exageración, por el camino que va el reparto de la riqueza mundial no tardaremos en tenerlos. Encabeza la ultima lista de Forbes el mexicano Carlos Slim que, de momento, solo es billonario en inglés, idioma en el que recordamos billion significa mil millones, mientras que "nuestro" Amancio Ortega ocupa el tercer lugar con 57.000 millones de dólares. Tenemos así en medio de un bonito sándwich hispano a Bill Gates que es segundo en esa clasificación. Una clara injusticia, porque mientras el gallego ha llenado el mundo de clientes agradecidos porque les ha permitido duplicar el volumen de sus roperos sin incremento del gasto, el pecoso norteamericano posiblemente sea el empresario que, con permiso de las mayores compañías telefónicas (en esa división juega Slim), cuente con mayor número de clientes instatisfechos. Es, en definitiva, el responsable de la curiosa paradoja de Windows: seguimos usándolo pese a los disgustos que nos da.

La corrección política que hoy nos imbuye nos obliga a señalar que la primera mujer de la citada lista de riquísimos es Liliane Bettencourt, puesto 9º, parte de cuya depredada fortuna (por administradores, familiares y algún nominal amante) procede del rouge fabricado por L´Oréal.

No es fácil imaginar las grandes cifras. En tanto preparamos un apunte sobre esa espinosa cuestión nos quedamos pensando en que la fortuna del gallego mas rico del mundo podría nutrir el presupuesto de la Comunidad Autónoma desde la que les escribimos durante 11 años, y eso aunque no produjera ningún rendimiento mas. Un logro conseguido en menos de treinta años. ¡Esto sí que es alucinar y no los efectos de algunos psicotrópicos!





(1) el Drae explica que es el antiguo participio activo de restaurar. Sorprende la omisión de su llegada a través del francés restaurant que todavía lucen no pocos rótulos hosteleros.

(2) Anticipándonos a la posibilidad de que el lector caiga en este apunte cuando se haya procedido a la desactivación de los enlaces con las palabras suprimidas reproducimos a continuación el contenido de los mismos: 


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