sábado, 12 de octubre de 2013

Pareidolias arquitectónicas: animales (2ª parte)


Terminábamos ayer con las ondulantes formas de los dragones orientales que retomamos hoy con la representación más característica de ondas corporales en la cultura occidental cual son las serpientes. Como la que reproduce el edificio de pisos construido en los años noventa en el barrio berlinés de la Isla de Moabit para alojar a los funcionarios trasladados desde Bonn con motivo del cambio de la capitalidad a Berlín subsecuente a la reunificación alemana. Es  claro que el efecto es inapreciable desde tierra lo que sin duda será agradecido por algunos de sus moradores. Imagínense un bloque de pisos sociales así en Andalucía. ¡Lagarto,lagarto!


También hay pareidólicas cabezas de ofidio acechándonos desde algunos otros edificios como ya les tenemos comentado cuando nos hemos ocupado de la obra de Oscar Niemeyer y, en particular, del auditorio de la ciudad italiana de Revello. Se lo recordamos:


No es un caso único, otro muy significativo es el del Planetario de Bochum, ciudad hermanada con Oviedo, que además se potencia extraordinariamente con la iluminación nocturna.


Otro reptil que tiene representación arquitectónica es el cocodrilo cuyas formas recrea el Hotel Gagudju Crocodile Holiday Inn situado en la ciudad de Jabiru, próxima al Parque Nacional de Kakadu en el Territorio del Norte de Australia.


Ojos muy característicos son asímismo los de los gatos que aparecen insinuados en la cubierta del edificio de Singapur que se muestra a continuación. Con ojos menos gatunos también cabe crear edificios evocadores de estos felinos apoyándose, sobre todo, en las formas de sus orejas. 


Una pareja de gatos de somnoliento aspecto custodia desde los pabellones anexos la berlinesa Torre Kreuzberg, un conjunto realizado en 1988 por el arquitecto americano John Hejduk. Aun comprendiendo la importancia que  para algún vecino pueda tener la televisión satelital no podemos aprobar la alteración provocada por los platos receptores en la felina nariz. 


A continuación una reproducción felina aun más completa, con patas y todo, en una escuela infantil de Wolfartsweier, un pueblo próximo a Karlsruhe, un diseño concebido por el artista Tomi Ungerer:


Lo cierto es que asociamos los ojos redondos preferentemente con las aves, y esa es la base de la pareidolia, en este caso ciertamente involuntaria, que se produce en la conocida como "iglesia pollito" de Madeira Beach (Florida). A su lado un congénere, este deliberado, construido en 1963 en Marietta (Georgia) para albergar una franquicia de KFC.


En el caso de la Biblioteca Robarts de la Universidad de Toronto no hacen falta unos ojos para que esa construcción sea vulgarmente conocida como el pavo.


Otros característicos ojos muy redondos son los de las rapaces nocturnas que tienen un arqitectónico miembro en la coronación de la torre del Frost Bank de Austin (Texas) El efecto es particularmente visible cuando el edificio enciende sus luces al atardecer.


El búho y especialmente la lechuza, símbolo de Atenea, son aves cargadas de significados relacionados con el conocimiento, la iluminación e inevitablemente explotadas por el ocultismo. Así que no vamos a entrar aquí en el discutido significado de las formas dadas a los jardines que rodean el Capitolio de Washington.


Terminamos por hoy con otro ave, esta gigantesca, solo visible sobrevolando a gran altura la ciudad de Grenoble. El indispensable ojo lo pone el sincrotón ubicado en la confluencia de los ríos Isère y Drac. Si la escala gráfica incluida no les da suficiente idea del tamaño de esta pájaro que se ha convertido en el logosímbolo de la entidad supramunicipal conocida símplemente como "La Métro" añadiremos que el anillo del sincrotón tiene 300 m. de diámetro. ¡Coñooo, vaya ojo! diría un asturiano.


Mañana más.

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