viernes, 11 de octubre de 2013

Pareidolias arquitectónicas: animales (1ª parte)

Timbres de la "Casa del Coño" ovetense:
la otra mano llega hasta el superático 2º,
pero está peor conservada
La ciudad que nos presta su nombre artístico tiene tres edificios con apodos que han obtenido el favor popular, por más que uno de ellos haya caído en desuso. Se trata de la que fuera llamada "Casa del Coño" por lo de ¡coño, que alta!, expresión que hasta donde sabemos también da nombre a un edificio de Las Palmas de Gran Canaria. No sería raro que hubiera más. Esa denominación pone de manifiesto dos cosas: la primera es que por aquí somos bastante malhablados, bocayones se dice en asturiano, y la segunda que también somos muy provincianos porque, por mucho que se finalizara en la penuria de 1947, tan sólo tiene once pisos, sujetos, eso sí, a una peculiar nomenclatura que a quien les escribe le descubrió allá en su infancia la existencia de la palabra superático.

En los otros dos casos de sobrenombres que anticipábamos el origen está en sus capacidades pareidólicas, así es que en plena Plaza de la Escandalera (la historia del nombre aquí) tenemos "El Termómetro" y no muy lejos está "La Jirafa", una construcción de cinco plantas que ocupa toda una manzana. De su extremo oeste emerge una torre de 20 alturas que pone a la, por otra parte rechoncha edificación, el cuello de ese animal. En este caso la denominación popular pronto adquirió oficialidad al tomar ese nombre el hotel que ocupó parte de un inmueble que, con motivo de su rehabilitación, adoptó el rimbombante título de "Jirafa Élite". Ni con ese nombre, ni con un ostentoso acto de presentación celebrado en el Campoamor con una asturiana de Canal+ como maestra de ceremonias (no, no fue Letizia), ni haciendo correr el bulo de que Fernando Alonso había comprado toda una planta consiguieron vender los pisos que todavía tienen a su disposición en el Banco de Santander. Y eso que Julio G. Noval, ahora Noval García, es un diablillo. Si pasan por Panamá pregunten por un agujero muy grande, en realidad dos, uno metafórico y el otro no (enlace explicativo), que dejó por allí un asturiano.

La "Casa del Coño" (1947), "El Termómetro" (1944) y "La Jirafa" (1952)
Dejamos nuestro provinciano solar para salir por el mundo en busca de compañeros conceptuales de nuestra jirafa. Fíjense que hoy buscamos preferentemente pareidolias, formas que nos traigan a la mente un animal pero sin ser propiamente una representación del mismo, esa es una tipología arquitectónica hermana sobre la que volveremos en una futura entrada.

El elefante es un animal que nos sirve bien para ilustra la diferencia entre una y otra tipología, la que insinúa y la que representa, como nos muestran dos construcciones de Bangkok . La primera, oficialmente llamada Edificio Changes una pareidolia buscada y para ello se apoya en el truco de utilizar un enorme ventanal como ojo. En en el otro extremo de la capital tailandesa encontramos el Museo de Erewan que reproduce con gran fidelidad la triple cabeza característica del mito que en el Ramayana se llama Airavata y en su versión tailandesa da nombre a este peculiar complejo que alberga la colección de arte del fallecido millonario Lek Viriyaphant. Llamamos su atención sobre el hecho de que no se trata de un adorno escultórico, porque el tronco del elefante alberga una sala de oración a la que se accede a través de unas escaleras de caracol colocadas en las patas traseras. Es pues un auténtico edificio zoomorfo.



Un caso intermedio es el del lavadero de carbón convertido en sala de exposiciones situado en el Maximilian Park de la ciudad alemana de Hamm. Un diseño concebido en 1984 por el artista Horst Rellecke que si prescindiera de los explícitos colmillos sería apto para acceder a la pareidólica categoría en la que nos estamos centrando hoy.

En el propio Bangkok aun hay otro famoso edificio que busca una deliberada semejanza, en este caso con un robot (ya nos perdonarán estas creaciones que las hayamos metido en el capítulo de los animales). Esta obra del arquitecto Sunet Jumasi es la céntrica sede del Banco de Asia que resulta perfectamente visible desde el metro elevado de esa ciudad (MTR).

En el centro de Los Ángeles también hay una construcción de formas robóticas situada frente a la catedral de la que la separa la autopista 101. Se trata de un centro universitario llamado Ramon C. Cortines School of Visual and Performing Arts diseñado por el estudio canadiense HMC Arquitects que fue inaugurado en 2009.


Nos vamos hasta Hong Kong en busca de más animales porque las torres del Lippo Centre son popularmente conocidas como las Torres Koala por su similitud con la imagen de esos animales endémicos de Australia cuando se sujetan a los árboles (o a una pierna). ESte es uno de los pocos casos en que cabe hablar de una pareidolia natural, no inducida mediante artificios como ojos o colmillos.


Y es que los ojos son un elemento clave para que nuestra mente identifique una cara como vemos en el caso de la tortuga del edificio construido en 1981 en la ciudad canadiense de Niagara Falls para albergar un centro sobre la cultura nativa, téngase presente que esos quelonios son seres con gran significación en la cultura iroquesa en la que forman parte de diversas leyendas. En la vista aérea puede verse como no se ha buscado reproducir solamente la cabeza sino el completo animal.


Con motivo de la Olimpiada de Beijing la capital china vio crecer multitud de sorprendentes construcciones entre las que el complejo llamado Pangu Plaza fue erigido emulando las formas del allí muy simbólico dragón. Como contrapunto añadimos la imagen de otro edificio-dragón, este situado en la ciudad tailandesa de Suphanburi, el cual luce una reproducción mucho más literal de ese mito. En este caso el mítico ser no es accesible, por lo que propiedad es un mero adorno arquitectónico del Museo de los Descendientes del Dragón, un complejo expositivo sobre la emigración china a Tailandia. A su lado otra muestra de la afición que tienen en ese país a decorar los edificios con reproducciones gigantes de estas criaturas en el Templo del Dragón (Wat Sampran) que tiene 16 plantas. ¡Coñooo, vaya dragón! diría un asturiano.



Japón también tiene muchas tradiciones y leyendas en las que participan dragones, pero lo que los habitantes de su capital ven en el puente conocido como "Tokyo Gate Bridge" inaugurado en 2012 son las figuras enfrentadas de dos criaturas que habitaron la Tierra en el Jurásico, lo que le ha valido el sobrenombre de "puente de los dinosaurios".


Pero una aun mayor pareidolia brontosaúrica puede contemplarse en la capital croata Zagreb, tan grande es que solo puede apreciarse a vista de pájaro. Esto es lo que nos muestra Google en las coordenadas 45.78231, 16.024332. La imagen de la derecha se muestra con la habitual orientación al norte.


Mañana más.




No hay comentarios:

Publicar un comentario