lunes, 21 de octubre de 2013

¡Et tu quoque Sofi blogger mi!


Pedantuelo título, lo admitimos, pero cómo conseguir que con la que está cayendo en forma de comentarios del "estrasburgazo" alguien esté dispuesto a leer algo más sobre el candente asunto. Ponemos Parot en el título y no vuelven por este blog en semanas. Pero es que hay algunas cosas que nos han llamado la atención y no las hemos visto comentadas todavía. Prometemos aplicar máxima síntesis:

- Destaca el impecable estilo formal de la sentencia emitida en francés e inglés. Suponemos que alguien se estará ocupando de que se traduzca para que haya más españolitos que puedan formar su propia opinión con material de primera mano y, de paso, algunos jueces nacionales puedan acceder a buenos modelos a imitar.

- Irrefutable argumentación. Si la "lógica emocional" nos permitió aceptar la aplicación de los rebuscadísmos retorcimientos verbales aplicados por nuestro Supremo (con varios votos particulares), en la fría distancia de Centroeuropa cae con todo su peso que el "dura lex, sed lex" no lo es solo para los justiciables. Desgraciadamente la ley entonces en vigor no da para más.

- Ahora queda meridianamente clara la enorme lentitud y torpeza con la que nuestros políticos introdujeron los cambios legislativos necesarios para atender un clamor social. Que no les engañen, esto no se arregló con la reforma del Código Penal de 1995 que, a estos efectos, básicamente pasó el cumplimiento máximo de 30 a 40 años. La clave de que la demandante asesina no permanezca en prisión hasta 2017 (sí, sí, es algo menos de un cuatrienio lo que va a evitarse, que no les hagan creer que iba a pasarse la vida en prisión) está en las reformas de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que no fueron aprobadas hasta 2003.

Tremenda consecuencia de que la mayor parte de los escaños del Congreso están ocupados por seres legislativamente apáticos, incapaces de proponer alguna iniciativa de cierto calado. Meros "aprietabotones" de acuerdo con las instrucciones que reciben de quienes tienen el poder de hacer las listas. El que tenga algún escrito reclamando a su partido, cuando tocaba, el cambio de la clamorosa disfunción legal que nos ha traído hasta aquí que lo saque.

- Es sabido que entre los 17 magistrados que suscriben la sentencia hay uno español, Luis López Guerra. No pretendíamos que las emociones, en caso de que este caballero las tenga, torcieran su razón, pero no deja de ser llamativo que su proximidad al problema no le haya impulsado a introducir un solo voto particular, ni siquiera para adherirse al más exitoso en el que cinco de los siete magistrados que votaron contra la indemnización de 30.000 € acordada explican que no ha lugar hablar de daño moral con semejante demandante.

-Increíbles, como tantas veces, las palabras de la valoración de Gallardón. Escudarse en que "no hay una doctrina generalizada" para aplacar la enorme decepción cuando es plenamente consciente de que se avecina una cadena de fallos favorables a los demandantes. Si hubierais sido capaces de legislar a tiempo cuanta frustración y humillación se habría evitado ¡Inútiles!



Adenda 23/10: Una relectura futura de está entrada nos hará sentirnos injustos por omisión. Así que aunque queda claro que opinamos que hay una inmensa responsabilidad de la clase política en su conjunto, pues todos sus miembros tienen el deber de promover los cambios legales necesarios para atender las expectativas de la sociedad. Y no está de más señalar con el dedo al recordar que el Presidente del Gobierno de España desde diciembre de 1982 a mayo de 1996 fue Felipe González

Se echa en falta que algún periodista le busque para ponerle un micrófono delante. Del protobuenismo de entonces (curiosamente compatible con el GAL) son buena muestra los recuerdos que trae hoy a su blog Santiago González. Lectura obligatoria.

La siniestra gráfica que muestra el desfase entre los crímenes y la adopción de medidas penales la tomamos prestada de la Wikipedia:







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