jueves, 5 de septiembre de 2013

Exabruptín (no necesita receta)


En tiempos con tanto famoso, el siguiente peldaño de la escala de valores al uso, en caso de que no se haya conseguido forrarse, que es el objetivo por excelencia de nuestro tiempo, es ser importante. Aunque sea en la categoría de los poco conocidos, los de “usted no sabe con quien está hablando”. 

Así como el marchamo de famoso lo distribuye en exclusiva la prensa del corazón con el apoyo de sus extensiones televisivas, recuerden que no se es nadie en este olimpillo del famoseo hasta que no resultan de interés sociales las infidelidades del candidato, ¿quién asigna esta más selecta categoría de persona importante (no confundir con vip que, en esto, lo menos es más)? Pues también los periodistas. Así que cuando una persona realmente importante es asesinada las crónicas, invariablemente, aplican la denominación magnicidio. Entendemos que esta prueba demostrativa de "status" es un poco cabrona, pero irrefutable.

Si tiene algún conocido en la política puede ser interesante que le pregunte sobre su sensación de ser importante. Luego, sobre todo si alberga dudas sobre si el individuo en cuestión realmente está ahí por la llamada “voluntad de servicio”, cuéntele nuestra teoría. Dejamos a su criterio repreguntarle posteriormente.

Otra cosita breve, ¿habrá huevos para indultar a Carromero con el informe que ha emitido la Audiencia Nacional

¿Hasta cuando se podrá seguir indultando en España sin que los peticionarios muestren ningún signo de arrepentimiento, no digamos ya que colaboren en la medida de sus posibilidades en la restitución del daño causado? Menudas afinadas leyes dan forma por aquí a la llamada Justicia.

Si se perpetra el previsible premio al mentiroso, ¡es que es de nuestra banda oiga!, esperemos que, al menos, le impongan la pena sustitutiva de tener que ver todas las mañanas el video en el que con un hilillo de voz pedía que le sacaran de allí. Y bien rápido que lo hicieron nuestros muy competentes Servicios de Exteriores, pero lo tendrán mucho más difícil con el próximo que tenga un problema en Cuba. Hay que pensar en los demás, sobre todo cuando todavía ni te has aclarado sobre el color del vehículo autor de una supuesta  embestida que no dejó huellas. Y hay que dejar de buscar falsas excusas para una letal cagada ocurrida, por cierto, cuando no contaba con un carnet de conducir en vigor. Aprendamos de lo calladico que anda el copiloto sueco.

Si al menos algún día nos fuera dado ver en España sentenciar el 12 de octubre un homicidio imprudente cometido el 22 de julio ¡de ese mismo año! No será una justicia con la necesaria independencia, pero, en cuanto a eficiente, qué suerte tuvo este "incumplidor reiterado de las más elementales normas de circulación" (Sección Primera de la Sala de lo Penal dixit) de que le pasara en Cuba.

¿Alguien dijo vd. no sabe con quien está hablando?




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