lunes, 26 de agosto de 2013

106 siglas y 14 acrónimos - 1ª entrega


Llamamos siglas a las palabras formadas con las letras iniciales de los términos de una expresión. Son, por tanto, un caso particular de los acrónimos, que se forman con letras que pueden ocupar posiciones diferentes a las primeras de cada palabra. Así nuestros ferrocarriles utilizaban una sigla para denominar la desaparecida compañía que explotaba los de ancho métrico FEVE (Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha) y el acrónimo RENFE (REd Nacional de los Ferrocarriles Españoles) para la que explota los que discurren por la segunda vía más ancha del mundo tras la utilizada en el Cono Sur de América y los países del Indostán (que tiene 8 mm más de separación que los 1668 mm del "ancho ibérico").

Aunque la etimología de la partícula griega “acro” exigiría que los acrónimos fueran formados con letras del "extremo" de las palabras (otros usos de acro: acrópolis, acrofobia, acromegalia,...), en la práctica los llamamos así aunque utilicen las procedentes de cualquier punto de los vocablos intervinientes. Esta manga ancha facilita la consecución de denominaciones llamativas, al permitir utilizar cualquier letra, respetando, eso sí, el orden. Algo que en los nombres largos da mucho juego. A modo de ejemplo, el fabricante automovilístico malayo llamado Perusahaan Otomobil Nasional (Empresa Nacional de Automóviles) derivó en la marca Proton, cuyo símbolo es una agresiva cabeza del tigre, el animal nacional de Malasia

Hay lingüistas que utilizan los términos sigloides y siglónimos para diferenciar las categorías de acrónimos, pero nosotros, con amateur simplicidad, preferimos hablar de estrictos y latos para no liarles más. El malayo que acabamos de ver quizá sea hasta demasiado lato. Así cualquiera.

Nuestro Diccionario Académico que, aunque sabido es que  es notario del lenguaje y no creador del mismo, contribuye a fomentar cierta confusión terminológica cuando también concede la denominación de acrónimos a las siglas que se leen como una palabra. Pone como ejemplo ovni (objeto volador no identificado) y merece la pena destacar que esta es una de las pocas siglas de origen extranjero que ha pasado al castellano traducida, a cuyo efecto se creó un calco de la palabra inglesa ufo (unidentified flying object) que también utilizan el francés (objet volant non identifié), portugués (objeto voador não identificado) e italiano (oggetto volante non identificato), por más que en este idioma acabara por imponerse el uso del anglicismo.

Adicionalmente, el carácter de idioma de prestigio que tiene la lengua inglesa, que fue en la que un militar americano encargado de estudiar los primeros misteriosos avistamientos creó la sigla en los años cincuenta para sustituir el un tanto festivo "platillo volante" (flying saucer), hace que quienes se dedican al estudio de estos fenómenos prefieran denominarse ufólogos. Esta diferente denominación entre la rama del saber y  lo estudiado es frecuente, aunque habitualmente lo sea tomando las raíces semánticas de las lenguas clásicas. Así, los conocedores del mundo de las setas son micólogos y no setólogos, mientras que los proctólogos forman el nombre de su especialidad con la denominación griega del ano.

Por la forma de lectura hay otras dos clases de siglas, aparte de aquella en que se hace como si fueran una palabra: las que se deletrean, como DDT (Dicloro Difenil Tricloroetano) o dedeté, y las que permiten una técnica mixta, como es el caso del organismo público que pronunciamos cesic (CSIC, Consejo Superior de Investigaciones Científicas). En esta poco poblada categoría también se encuadra el nombre comercial Fnac (Féderation National d´Achat de Cadres, Federación Nacional de Compras de Profesionales, un comercio nacido en Francia como compañía de ventas con descuento para socios) que pronunciamos deletreando la efe, en elegante francés, para decir efnac. Y resulta reseñable que tampoco pronunciamos a la española la ese inicial de la controvertida sgae (sociedad general de autores y editores) que ha decidido representarse con minúsculas tras prescindir en su logo de una orwelliana A representada a modo de ojo que todo lo ve (y lo oye).


En ocasiones, el deletreo de una sigla es sometido a otras pequeñas transformaciones en busca de una mayor facilidad de pronunciación. Así ocurre en inglés con los fondos cotizados SPDR que tomaron su nombre de Standard & Poor's Depositary Receipts, que se pronuncian de forma similar a la palabra spyder (araña), de ahí su símbolo.

 

A falta de un icono, la nemotecnia parece aconsejar que las siglas que requieren deletreo no alcancen una gran extensión, pero no debe compartir este criterio la agencia publicitaria italiana DLVBBDO creada en 1997 por los publicistas D'Adda, Lorenzini y Vigorelli cuando se unieron a la red mundial BBDO. El nombre de esta última fue adoptado en 1928 cuando la Batten Company se fusionó con la agencia formada por los tres socios Barton, Durstine y Osborn. Siete apellidos en una sigla. Casi nada. Y, por cierto, en España la marca de este gigante mundial de la publicidad es Tiempo BBDO.

Poca cosa la de los italianos si la comparamos con el acrónimo ruso que hemos puesto a su lado. Esa pieza ostenta el Récord Guinness de mayor longitud: Нииомтплабопармбетжелбетрабсбомонимонконотдтехстромонт (o sea, Niiomtplaboparmbetzhelbetrabsbomonimonkonotdtekhstromont) 54 letras en cirílico y 56 en nuestro alfabeto (ж se transcribe zh y x como kh) que daban nombre al que más o menos se traducía, no sean muy exigentes con nuestro ruso, como “Laboratorio para operaciones de reparación y refuerzo de estructuras de hormigón en masa y armado del Departamento de Tecnología de la Edificación del Instituto de Investigaciones Científicas de la Organización para la Prefabricación de la Construcción y Apoyo Técnico de la Academia de Arquitectura de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas”. Y pensar que nosotros nos hemos permitido hacer risas con la Directora de Gabinete del Director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno. Para burócratas los del soviet. 

En el caso ruso habría venido bien aplicar la técnica simplificadora utilizada en algunas palabras largas, consistente en sustituirlas por su inicial y el número de sus letras. Eso es lo que hace habitualmente el inglés con el vocablo más largo que recogen sus diccionarios, la enfermedad pulmonar producida por intoxicación con sílice llamada Pneumonoultramicroscopicsilicovolcanoconiosis cuyo nombre suele sustituirse por "P45"

Otras veces se procede a conservar las letras inicial y final, mientras que se sustituyen las faltantes por su número. Así internationalization pasa ser “i18n” y localization L10n” en algunos juegos de abreviatura acuñados en los años ochenta en el mundo de la informática. La paternidad de esta idea suele atribuirse al administrador de sistemas de la desparecida empresa DEC (Digital Equipment Corporation), la compañía en la que todo los informáticos de la época ansiaban trabajar (como ahora es Google), quien topó con que el sistema no le permitía dar de alta al usuario Scherpenhuizen por ser demasiado largo, por lo que optó por abreviarlo como "S12N".

Tampoco lo hicieron mal los burócratas mexicanos con el FEPAHPCDFCDISPCPVMSPP que cita Remberto Hernández Padilla en su muy interesante "Diccionario de siglas y acrónimos (Las cinco mil siglas y acrónimos de mas uso en México)". Aunque no hemos encontrado rastros de este organismo, así que debió acabar por imponerse el sentido común. D. Remberto nos recuerda que significaba “Fiscalía Especial Para la Atención de Hechos Probablemente Constitutivos de Delitos Federales Cometidos Directa o Indirectamente por Servidores Públicos en Contra de Personas Vinculadas con Movimientos Sociales y Políticos del Pasado”.

En las siglas, habitualmente se prescinde de las partículas conectivas, como conjunciones y preposiciones, aunque pueden rendir grandes servicios. Como ocurre en pyme (pequeña y mediana empresa), un concepto que consigue en español una denominación de muy superior eufonía a la que tiene en la mayoría de los idiomas (en inglés SME o SMB small and medium-sized enterprises o businesses, francés y portugués PME, italiano PMI, alemán KMU o KMB). 

Un notable caso español en el que se consiguió integrar todos los conectores es el de la mutualidad ASEPEYO (Asistencia Sanitaria Económica para Empleados y Obreros) cuyo paternalista significado es poco recordado, al igual que ocurre con el de MAPFRE nacida en 1933 como Mutua de la Agrupación de Propietarios de Fincas Rústicas de España”. Y es que hay un cierto número de siglas que encierran significados que han quedado obsoletos, como es el caso de la desaparecida feria de la informática SIMO que en sus orígenes, allá por 1961, formó su nombre a partir de Salón Informativo de Material de Oficina”. 

En otros casos los significados han sido desbordados por el paso del tiempo, como ocurre en CEAC, sigla de Centro de Estudios de Aparejadores por Correspondencia” que hoy ofrece un amplio repertorio de cursos a distancia. Del mismo modo, la desaparecida AVIDESA, que fue sucedida por la Ice Cream Factory Comaker, cuando vendía helados no mostraba mucho interés en recordarnos la denominación original Avícolas y Derivados S.A. con que fuera fundada por Luis Súñer en 1956. Véase como su símbolo empezó compatibilizando pollitos y helados, para prescindir finalmente incluso del ala que adornaba la A inicial.


Los juegos de palabras casi siempre son intraducibles. En España denominamos habitualmente con la sigla UCI a las Unidades de Cuidados Intensivos que, cuando fueron creadas, tendían a ser llamadas con el más pasivo descriptor de su función UVI (Unidad de Vigilancia Intensiva). Pero no hemos podido traernos la homofonía inglesa que hace que ICU (Intensive Care Unit) se pronuncie como “I see you” (te veo). Lo curioso es que en castellano también cabe ese juego verbal que fue aprovechado como cabecera por el conocido TBO.

Y es que las homofonías inglesas entre you y U, to y 2 (two), más la de for y 4 (four), son muy productivas y dan lugar a toda una categoría de numerónimos (palabras que contienen números) que hay que interpretar fonéticamente. Un ejemplo es la cadena de británica de tiendas de telefonía phones 4u y otro el preparado de coñac y zumos de fruta Camus4u. Pero sin salir de España encontramos el lema turístico Cehegín4U en la localidad ubicada en el corazón de la Comarca murciana del Noroeste.


En el caso del proyecto de accesibilidad a la educación y fomación permanente auspiciado por la Comisión Europea  denominado  European Unified Approach for Assisted Lifelong Learning (Enfoque Unificado Europeo para el Apoyo a la Formación Permanente), la representación de la A con un formalmente parecido 4 genera una segunda lectura de la sigla como “Unión Europea (EU) para todos”.


Otra combinación que tiene segundas en inglés es la de la U con el 2, porque U2 se pronuncia en ese idioma igual que “you too”. Ello que concede al conjunto musical irlandés que lleva la denominación de un antiguo avión espía el significado adicional de “tu también”. Esa coincidencia con el nombre aeronaútico fue la excusa aprovechada por el grupo californiano Negativeland para publicar un álbum que daba pie a ser tomado por una nueva obra de los irlandeses al fomentar la interpretación intercambiada del título del disco y de los autores. Comprueben, de paso, que hubo una época en que el cantante conocido como Bono (apodo tomado de la marca de aparatos para la sordera Bono Vox) no lucía esas peculiares gafas que se han vuelto indisociables de su imagen.


En francés también es un juego fonético el que utiliza como cabecera la publicación "L´1visible", un nombre que literalmente significa “el uno visible” que se pronuncia igual que "el invisible". 


Pero la cuestión de los numerónimos nos está alejando de nuestro tema, así que tenemos que dejar aquí esta breve incursión en un concepto sobre el que tendremos que volver otro día. No en vano, le tenemos mostrada nuestra afección utilizándolo en nuestro seudónimo.

Como ayer hemos disfrutado de una excelente actuación de Fernando Alonso en la carrera de Spa (esto es Vetustideces, nuestras raíces nos obligan), aunque insuficiente para ganar, vamos a dejarlo por hoy con tres siglas tecnológicas usadas en la Fórmula 1. Una competición que, además, utiliza el numerónimo F1 como marca.

KERS: Kinetic Energy Recovery System (sistema de recuperación de energía cinética), dispositivo que proporciona un suplemento puntual de potencia que fue introducido en la temporada 2009 aunque no se utilizó en la siguiente. Los actuales proporcionan hasta 80 CV adicionales pero el año que viene duplicarán esa aportación.

DRS: Drag Reduction System (sistema de reducción de resistencia), alerón trasero móvil introducido en la temporada 2011 para facilitar los adelantamientos.

HANS: Head And Neck Support (soporte para cabeza y cuello). El artilugio protector de las cervicales desarrollado  en los años ochenta por el profesor estadounidense de biomecánica de la Universidad de Michigan Robert Hubbard, tras el accidente mortal que sufrió un piloto amigo suyo. Obligatorio en la Fórmula 1 desde la temporada 2003.

Continuará.




Adenda 6/9: con motivo de la publicación de la última entrega de la serie, nos parece oportuno insertar aquí unos vínculos que ayuden a seguir directamente este hilo sin tener que dar muchas vueltas por los variopintos temas que tratamos en este cuaderno:

2ª parte
3ª parte
4ª y última parte






No hay comentarios:

Publicar un comentario