viernes, 5 de abril de 2013

Más señales

Después de unas jornadas de textos un poquito reflexivos y, por ende, cabreantes, en cuanto se pone uno a pensar es lo que pasa, necesitamos refrescar a nuestros lectores y preparar sus espíritus para el habitualmente más lúdico fin de semana.

En primer lugar es nuestro deber aceptar deportivamente que hay señales de prohibición de la circulación de vehículos a motor más superfluas que la criticada en el apunte Prohibir es un placeer geniaaal sensuaaaal. Vean si no.


Añadiremos al encargo de una señal de prohibición del nudismo ya realizado a nuestros especialistas en semiótica, el de otra que indique sin ambigüedad que un ascensor no accede al aparcamiento de un edificio. 

La propuesta recibida para la primera de nuestras peticiones no acaba de convencernos porque ya hay quien nos ha preguntado si lo que prohíbe es acercarse a personas de otro sexo con la ropa interior en la mano. Cuando no se quieren entender las cosas se acaba pareciendo miembro de la Comisión del Estatuto de los Diputados (no hemos podido resistirnos, a pesar de nuestra promesa inicial de orientar este apunte al refresco mental).



Añadimos un segundo ejemplo de inadecuado uso de la señaléctica que puede dar lugar a paradójicas interpretaciones. Cuidado con las combinaciones de mensajes.


Otros símbolos vinculados: el de la izquierda suele definirse como "aviso de territorio milagrero" y la contigua procede de una publicidad de Mercedes del año 2003 que proclamaba  "coches para todo el mundo" (agencia Scholz & Friends).


Ya decíamos en el ya citado post que a la gente se le ocurren las cosas más peregrinas, máxime por imitación del cine y la televisión (así hay que advertirles con el sempiterno "no intenten esto en casa"), lo que inevitablemente da lugar a extrañas prohibiciones. Ahí va un simpático caso traído desde el lejano Japón:


Pero no podemos perder de vista que al común de los mortales, incluidos algunos irracionales, les encanta la transgresión, como podemos ver en los casos que siguen. Para mejor comprensión aclaramos que en inglés shoulder vale tanto para hombro como para arcén de una carretera. Puede comprobarse como una correcta selección de materiales dificultaría algunos incumplimientos que acaban siendo culpa del propio prohibidor.


También cabe la conducta contraria, lo que podríamos llamar exceso de celo cumplidor (en el molino entiéndase como parar las aspas según indica la señal; en España algún político lo habría construido para justificarla).


Asímismo hay quien se toma excesivamente al pie de la letra la publicidad. No es de extrañar, por tanto, que la Ley de Carreteras la haya alejado de los márgenes de nuestras vías interurbanas.


Con todo, todavía es más preocupante que haya numerosas personas que tiendan a ignorar las señales o a restarles importancia. Por eso pueden ser de utilidad diversas técnicas para enfatizar tanto la visibilidad como la credibilidad de las indicaciones.


Este fenómeno de pasar de las señales es sin duda una consecuencia de la saturación provocada por la creciente tendencia al exceso de señalización, unas veces cualitativa y otras cuantitativa.


De alguna manera muchas indicaciones nos tratan como una sociedad menor de edad y los siempre atentos publicistas no han desaprovechado la ocasión de sacar partido de este fenómeno.

Creatividades de Schols & Friends Berlín (2001) y Young & Rubicam (2000).
El semáforo es de un anuncio de Nissan en India de autoría desconocida

Como nos estamos alargando más de lo que aconseja este formato de blog, reservamos alguna cosita más para otro día, quizá mañana y finalizamos con una sencilla adivinanza. ¿Qué diputado corre peligro de ser confundido con una señal prohibitoria? (ya ven que no podemos evitar que la cabeza se nos vaya a la política)










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